La inesperada victoria del candidato republicano Donald Trump ha dejado a todo el mundo a la expectativa, tanto dentro como fuera de los Estados Unidos, para ver hasta qué punto piensa cumplir sus promesas electorales. Unos esperan que el multimillonario traslade a la realidad sus anuncios de campaña, mientras que, para otros, es la última cosa que desean.
Trump ha recibido felicitaciones de los principales líderes mundiales, ya sea por iniciativa propia o por puro protocolo. Estas últimas abundaban entre los representantes de la política europea que han enviado sus congratulaciones al flamante presidente con más incertidumbres que confianza.
Europa pide cooperación...
Desde Europa, se apela a todos los años en que los dos bloques han trabajado de forma conjunta para asegurar la paz y el bienestar de los ciudadanos. El presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, y el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, recordaron la importancia de fortalecer las relaciones transatlánticas y que sólo a través de la cooperación se puede hacer frente a los retos actuales.
Juncker y Tusk quisieron destacar la lucha contra Daesh, el cambio climático, el TTIP y la migración, ya que las estrategias de Trump sobre estas temáticas difieren en muchos puntos con las directrices europeas.
... y respeto a los valores
El presidente de Francia, François Hollande, fue uno de los que menos escondieron su disgusto y sus reservas hacia el futuro gobierno de Trump. Para el francés, se abre un periodo en que Europa tendrá que mantenerse unida para defender sus valores como la libertad, la dignidad, la cohesión social y la lucha contra la pobreza. Los mismos en los que basó su felicitación la canciller alemana Angela Merkel que ofreció una "estrecha cooperación" al futuro presidente si se asegura el respeto.
La felicitación de Vladímir Putin a Donald Trump seguramente fue la más sincera de entre los líderes europeos. El jefe de estado ruso había apostado desde el principio por Trump y se mostró dispuesto a "recurrir nuestra parte del camino" para restablecer los deteriorados vínculos y "luchar unidos contra el terrorismo".
La extrema derecha, las primeras felicitaciones
Quien sí que celebró la victoria de Trump sin complejos en el otro lado del Atlántico fueron los partidos de extrema derecha como el Frente Nacional en Francia o el UKIP en el Reino Unido. La líder ultraderechista francesa a Marine Le Pen lo felicitó, incluso antes de que se produjera oficialmente su victoria. En el Reino Unido, Nigel Farage, incluso bromeó sobre la posibilidad de que sea representante de Trump en Bruselas.
La tranquilidad de "Míster Brexit"
Esta victoria de Trump ha caído en (des)gracia en la gran mayoría de bolsas europeas y en gracia en Wall Street y en Moscú. El magnate que se autopresentaba como "Míster Brexit" en el último mitin en Carolina del Norte no ha conseguido el impacto deseado. O al menos equiparable al viernes negro de la salida del Reino Unido de la Unión Europea (UE). El mundo sigue en choque mientras que los mercados prefieren evitar decepciones aunque Trump no fuera ni haya sido nunca su candidato preferido. Reacciones pasionales aparte, al final de la jornada, los índices europeos cambiaron el color rojo por el verde. París, Londres o Frankfurt se atrevían a subir como si nada o prácticamente nada hubiera pasado.
Curiosamente, el único indicador que cerró en negativo fue el Ibex 35 con una bajada del 0,4% situándose en los 8.901 puntos. Todo el protagonismo se lo llevó el BBVA con un descenso del 5,7% como consecuencia del hundimiento del peso mexicano con un 10% menos de su valor ante el dólar. Con el recuerdo del Brexit vestido de Trump, la conmoción inicial se convirtió en un baño de tranquilidad. El discurso conciliador del nuevo presidente "para todos los americanos" aportó su granito de arena. Tan dulce era el ambiente de los mercados que al cierre del Ibex 35, Wall Street subía un 1% superando los 18.518 puntos trampeando así cualquier presión o incertidumbre. Reiterando como si se tratara de un acuerdo bursátil entre Europa y los Estados Unidos que si los Clinton no van a la Casa Blanca, tampoco pasa nada.
La volatilidad como costumbre
Pero lo cierto es que no todas las primeras impresiones son buenas. Y por eso, los economistas y en especial los analistas de bolsa han insistido una y otra vez en que habrá que acostumbrarse a la volatilidad. La incertidumbre era ya un hecho consumado con el cómo y el cuándo del Brexit pero ahora, además, se tiene que esperar a que Trump defina con claridad no electoral cuál es la línea vertebral de sus políticas: recortar impuestos, renegociar acuerdos comerciales, ser más restrictivo con la inmigración o gastar más en infraestructuras. Según Goldman Sachs, "prevemos que la respuesta de las bolsas a las elecciones será limitada". "Los presidentes impopulares no implican malos resultados económicos o a las bolsas", ha añadido Fundstrat Global Advisors.
Más prudente se ha mostrado Unicredit: "el alcance y la duración de las reacciones de los mercados dependerá de la actitud de Trump". Tiene el poder de la volatilidad como costumbre hasta que decida el contrario. Según Allianz, la retórica sobre el comercio, la inmigración y la cooperación internacional "amenazarán el crecimiento económico de los Estados Unidos y del mundo." Todavía más crítico se ha mostrado Fitch asegurando que un líder tan "polarizado" como Trump "puede poner a prueba" las relaciones institucionales". Del viernes negro al miércoles de "Make America great again", el Brexit ha dejado de ser Brexit para convertirse en "Míster Brexit" como una moneda de conciliación más allá de la ruptura.