Mientras la incertidumbre sobre un posible paso adelante del ejército de Estados Unidos en el Oriente Próximo aumenta, el presidente Donald Trump ha hecho unas declaraciones a la prensa en que ha dejado la puerta abierta a esta posibilidad. El magnate republicano ha asegurado que "nadie sabe" cuál será finalmente su decisión con respecto a un posible ataque militar de la Casa Blanca contra Irán. "Puede ser que lo haga. Puede ser que no lo haga. Quiero decir, nadie sabe qué haré", ha respondido el mandatario republicano al ser preguntado por los periodistas en Washington sobre una posible intervención.

Por el momento, el presidente estadounidense ha reprochado al régimen de Irán que "tiene muchos problemas" pero que ya es demasiado tarde para negociar. Washington y Teherán han mantenido varias reuniones en las últimas semanas para hablar sobre el programa nuclear iraní, que no han llegado a ningún acuerdo sustancial y se encuentran paradas por la guerra con Israel. "¿Por qué no negociaron conmigo hace dos semanas? Podrían haberlo hecho bien. Habrían tenido un país. Es muy triste ver esto" ha criticado Trump ante la prensa.

Durante sus declaraciones, el magnate ha alentado al primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, a continuar su campaña en Irán. "Hablo con él todos los días", ha dicho Trump. "Es un buen hombre (...) Hasta ahora, ha hecho un buen trabajo". En opinión del republicano, Netanyahu ha sido "tratado de forma muy injusta por su país", haciendo referencia a los problemas legales en curso en Israel. La última conversación conocida entre ambos mandatarios se produjo ayer.

Trump también hizo referencia al mensaje dirigido a Teherán que publicó ayer en las redes sociales. El magnate pidió la "rendición incondicional" de Irán. "Durante 40 años han dicho 'Muerte a Estados Unidos', 'Muerte a Israel', 'Muerte a cualquiera que no les gustara'. Han sido unos matones, matones de patio de colegio. Ahora ya no lo son, pero veremos qué pasa", expresó.

Este lunes, el republicano abandonó abruptamente la cumbre del G7 en Canadá para regresar a la Casa Blanca y reunirse con su Consejo de Seguridad Nacional, para evaluar si Estados Unidos debía sumarse a los ataques que Israel lleva a cabo desde el viernes contra Irán. En este sentido, Trump explicó que le había dado a la República Islámica un plazo de 60 días para negociar un acuerdo nuclear y que, el pasado día 61, Israel inició bombardeos contra instalaciones de enriquecimiento de uranio en territorio iraní.

Fordow en el punto de mira

Con los últimos movimientos estadounidenses, cada vez gana más fuerza la hipótesis de una acción militar conjunta con Israel contra los puntos neurálgicos del programa nuclear iraní. Entre los objetivos más sensibles, la planta de enriquecimiento de uranio de Fordow se perfila como pieza clave. Escondida bajo una montaña cerca de Qom y operativa desde 2009, su protección natural —hasta 90 metros bajo tierra— la convierte en una fortaleza casi inexpugnable por la aviación israelí. Pero Estados Unidos sí dispone de arsenal capaz de penetrar esas defensas.

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