El conflicto entre Israel e Irán ha alcanzado una fase crítica después de cinco días de intensos bombardeos israelíes y represalias con misiles iraníes. En este contexto, el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, ha exigido la "rendición incondicional" de Irán y ha dejado entrever una posible intervención militar norteamericana, aunque el mensaje oficial sigue siendo ambiguo y contradictorio.

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El martes por la noche, Trump reunió su equipo de seguridad nacional en la Casa Blanca, después de una jornada llena de declaraciones contradictorias. Por la mañana, afirmó que esperaba que Israel eliminara el programa nuclear iraní sin la necesidad de intervención de los EE.UU. No obstante, horas después, en su red social Truth Social, lanzó mensajes amenazadores, afirmando que sabían dónde se escondía el líder supremo iraní, Ali Khamenei, y que podrían atacarlo, aunque no lo harían "por ahora". Además, pidió directamente la "rendición incondicional" de Irán.

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Estas declaraciones coincidieron con el despliegue repentino de aviones militares norteamericanos en Europa y el Oriente Medio, sugiriendo una preparación para una posible intervención, especialmente si hubiera que destruir instalaciones nucleares subterráneas iraníes que solo los EEUU podrían atacar con bombas perforadoras, destaca el The Guardian.

La reacción de los líderes internacionales

Varios líderes internacionales han reaccionado de manera desigual. El canciller alemán, Friedrich Merz, ha afirmado que Israel no puede destruir completamente el programa nuclear iraní sin ayuda americana. En cambio, Emmanuel Macron, presidente francés, hizo un llamamiento a la moderación y advirtió contra cualquier intento de cambio de régimen por la fuerza. El primer ministro británico, Keir Starmer, insistió en que no había indicios que Trump quisiera implicarse directamente en el conflicto, destacando que la declaración del G7 apuntaba hacia la desescalada.

A pesar de estas posturas oficiales, Trump abandonó el G7 un día antes y reiteró a los periodistas que no quería un alto el fuego, sino el fin total del programa nuclear iraní. El vicepresidente J.D. Vance también indicó en las redes sociales que Trump podría decidir actuar para poner fin al enriquecimiento de uranio iraní.

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Mientras tanto, la justificación de Israel para iniciar el ataque ha sido cuestionada por informes de inteligencia norteamericanos, que estiman que Irán se encontraba a al menos tres años de poder fabricar un arma nuclear. A pesar de eso, Trump rechazó estos datos, diciendo que creía que Irán estaba muy cerca de tener una bomba.

¿Cuál es la situación actual del conflicto?

Los bombardeos israelíes han causado hasta ahora más de 220 muertos y 1.400 heridos en el Irán, según el Ministerio de Salud iraní. El ataque incluye objetivos militares, infraestructuras petroleras e incluso un canal de televisión estatal. En la capital, Teherán, centenares de miles de personas han huido después de recibir órdenes de evacuación.

Israel también ha eliminado figuras clave de la alta comandancia militar iraní, incluyendo el jefe interino de las fuerzas armadas, en solo cuatro días. Fuentes militares israelíes afirman que han destruido la mitad de los lanzadores de misiles iraníes y que tienen una libertad de acción casi total.

Irán, por su parte, ha lanzado misiles contra ciudades israelíes como Haifa, pero la intensidad de los ataques ha disminuido. A pesar de las pérdidas, Irán sigue lanzando amenazas y debate sobre posibles acciones cómo cerrar el estrecho de Ormuz, cosa que podría disparar los precios mundiales del petróleo.

La Agencia Internacional de la Energía Atómica ha confirmado que los bombardeos israelíes han afectado instalaciones como Natanz, pero la base clave de Fordow, que contiene uranio altamente enriquecido, no ha sido destruida, probablemente porque sería casi indestructible incluso para las bombas más potentes. Al fin y al cabo, el conflicto entra en una fase donde se debate entre una escalada mayor, con riesgo de implicación directa de los EEUU, y la presión internacional para evitar una guerra total que podría desestabilizar todavía más el Oriente Medio.