Mientras Donald Trump sopesa la posibilidad de que los Estados Unidos se añadan a la guerra de Israel contra Irán, con una implicación directa en la ofensiva israelí contra objetivos militares y nucleares del país persa que se prolonga desde el pasado viernes, se ha puesto de relieve lo decisiva que podría ser esta participación norteamericana. Y en este contexto, emerge un armamento estratégico que puede cambiar decisivamente esta guerra que tiene como objetivo eliminar la amenaza nuclear de la República Islámica que, según Benjamin Netanyahu, supone un peligro existencial para el Estado hebreo. La GBU-57, conocida como Massive Ordnance Penetrator (MOP), es la bomba antibúnker convencional más poderosa del arsenal estadounidense, diseñada para destruir objetivos fuertemente protegidos y enterrados a gran profundidad, como búnkeres, arsenales nucleares y centros de mando subterráneos, y es el arma definitiva que Israel necesita para conseguir su objetivo. Una bomba que es la madre de todas las bombas y que solo poseen los Estados Unidos, que no lo han exportado a ningún otro país, ni siquiera a aliados tan próximos como Israel.

La planta de Fordow, el gran objetivo

La GBU-57 es la bomba antibúnker convencional más poderosa del mundo, capaz de destruir instalaciones protegidas a profundidades superiores a 60 metros, gracias a su enorme peso, carcasa reforzada y sistemas de guiado avanzados. Es un arma exclusiva de los Estados Unidos, esencial para atacar blancos subterráneos que ninguna otra bomba convencional puede conseguir. Esta potente ojiva antibúnker, de más de 13 toneladas, es la única que puede penetrar hasta las entrañas de la montaña de roca que protege la planta nuclear de Fordow, soterrada a entre 100 y 500 metros de profundidad y protegida por gruesas capas de hormigón armado y sofisticados sistemas antiaéreos, una capacidad que no tiene Israel. Por eso, Netanyahu reclama a Trump la intervención directa de los Estados Unidos, que le concedería esta herramienta estratégica definitiva: podría atacar y potencialmente neutralizar el núcleo del programa nuclear iraní sin recurrir a armas nucleares, lo cual representa un salto cualitativo en la capacidad de presión y disuasión militar.

Hasta ahora, los ataques israelíes han conseguido dañar instalaciones superficiales y estructuras militares iraníes, pero no han podido afectar a las instalaciones nucleares más protegidas, como Fordow, donde el Organismo Internacional de Energía Atómica no ha detectado daños después de los bombardeos. Solo la GBU-57, gracias a su enorme poder de penetración y precisión guiada por GPS, puede garantizar la destrucción de estos objetivos subterráneos. La utilización, o la amenaza creíble de utilización, de la GBU-57 cambia el equilibrio estratégico: permite a los Estados Unidos cerrar la brecha entre la guerra convencional y la nuclear, ofreciendo una opción no nuclear para destruir objetivos que antes solo podían ser neutralizados con armas atómicas. Eso incrementa la presión sobre Irán y modifica los cálculos de riesgo tanto para Teherán como para sus adversarios, al poner en peligro real la supervivencia de su infraestructura nuclear clave.

¿Cómo es la GBU-57?

La GBU-57A/B, conocida como Massive Ordnance Penetrator (MOP), es la bomba antibúnker convencional más poderosa del arsenal estadounidense, diseñada para destruir objetivos fuertemente protegidos y enterrados a gran profundidad, como búnkeres, arsenales nucleares y centros de mando subterráneos. Utiliza una espoleta de retraso programable que detecta cuándo la bomba ha conseguido una cavidad o el objetivo, detonando en el interior del búnker para maximizar el daño. El guiado GPS y láser permite atacar con gran exactitud objetivos estratégicos profundamente soterrados.

Únicamente el bombardero furtivo B-29 Spirit puede transportar y lanzar hasta dos bombas GBU-57 por misión, gracias a su capacidad de carga, alcance intercontinental y tecnología furtiva.

¿Cómo es la planta nuclear de Fordow?

La planta nuclear iraní de Fordow es una de las instalaciones subterráneas más protegidas y secretas del mundo. Está situada cerca de la ciudad de Qom, a unos 32 km al sur, y fue construida en una antigua base del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica. Su existencia se hizo pública en 2009, tras ser descubierta por servicios de inteligencia occidentales. Soterrada a una profundidad de entre 100 y 500 metros, dentro alberga una planta de enriquecimiento de uranio con centrifugadoras avanzadas capaces de producir uranio enriquecido hasta el 60%, acercándose al umbral necesario para fabricar armas nucleares. Según Israel, Fordow podría producir material suficiente para varias bombas nucleares en cuestión de poco tiempo si Irán decidiera dar este paso.

Fordow fue diseñada desde el principio para resistir los ataques más sofisticados, incluidos bombardeos con bombas antibúnker de última generación. Incluso expertos consideran que ni la poderosa GBU-57 estadounidense garantiza su destrucción total, aunque sí que podría dañarla gravemente. Es el núcleo mejor protegido del programa nuclear iraní y representa el último bastión de su capacidad de enriquecimiento en caso de guerra total. Para Irán, Fordow es una garantía de supervivencia del programa nuclear; para sus adversarios, un objetivo que puede ser definitivo, pero para Israel, del todo inalcanzable.