Escondido dentro de una montaña cerca de la ciudad santa de Qom, el complejo Fordow Fuel Enrichment Plant es una de las instalaciones nucleares más secretas y protegidas de Irán. Visible desde el espacio solo por cinco túneles y una estructura de apoyo, este centro ha sido objeto de preocupación internacional desde que se hizo público el año 2009. Su profundidad —entre 80 y 90 metros bajo tierra— lo hace prácticamente inmune a los ataques aéreos, incluso por parte de Israel, que no dispone del armamento necesario para destruirlo desde el aire.
El origen del complejo se remonta a principios de los años 2000, durante lo que algunos expertos denominan el "programa de armas nucleares acelerado" de Irán. Fordow estaba pensado para enriquecer uranio a niveles aptos para armas nucleares, utilizando como base el uranio poco enriquecido proveniente del programa civil. Las imágenes por satélite muestran señales de construcción desde 2002, aunque Irán solo admitió la existencia del centro en el 2009, poco antes de que los líderes occidentales —Obama, Sarkozy y Brown— lo revelaran públicamente.
¿Un programa nuclear con finalidades pacíficas?
El gobierno iraní siempre ha sostenido que su programa nuclear tiene finalidades pacíficas. Sin embargo, Fordow fue diseñado para alojar hasta 3.000 centrífugas, y su ubicación subterránea se justificó como respuesta a las amenazas militares. El OIEA (Agencia Internacional de la Energía Atómica) y varios países, incluidos antiguos aliados como Rusia y China, han expresado dudas sobre las intenciones reales de Teherán.
La situación se calmó temporalmente con el acuerdo nuclear de 2015 (JCPOA), que restringió severamente la actividad a Fordow. Pero el abandono unilateral de este acuerdo por parte de los EE.UU. en el 2018, bajo la presidencia de Donald Trump, permitió al Irán reactivar su actividad en la planta. Según informes recientes del OIEA, Fordow ahora alberga 2.700 centrífugas y produce uranio enriquecido hasta el 60%, muy cerca del umbral necesario para armas nucleares.
Fordow: una amenaza geopolítica global
Uno de los hechos clave que ha alimentado las sospechas internacionales es la obtención, por parte de los servicios secretos israelíes, de más de 55.000 documentos de lo que se denomina "archivo atómico" de Irán. Estos documentos contienen planos detallados de Fordow y pruebas que su objetivo era fabricar uranio de enriquecimiento militar suficiente para construir una o dos armas nucleares anualmente.
A pesar de los intentos israelíes recientes de neutralizar Fordow, el OIEA confirma que la instalación permanece intacta. La única bomba conocida capaz de penetrar la profundidad de Fordow es la GBU-57, que solo puede ser lanzada por bombarderos norteamericanos B-2. Ni siquiera esta garantizaría una destrucción total, y serían necesarios múltiples impactos.
Los expertos consideran que, a pesar de su importancia, Fordow es solo una pieza del rompecabezas nuclear iraní. Otras instalaciones, reservas ocultas de centrífugas y la capacidad técnica acumulada hacen que la destrucción de Fordow no sea suficiente para poner fin al programa nuclear de Irán. Por eso, la comunidad internacional sigue viendo esta planta como una amenaza latente en el panorama geopolítico global.