En una muestra de cómo la guerra de Ucrania sigue transformándose rápidamente, Rusia ha intensificado el uso de motocicletas para operaciones de asalto al frente, en sustitución de los habituales vehículos blindados. Esta estrategia, surgida de la necesidad, busca minimizar pérdidas materiales y humanas en un contexto marcado por la creciente escasez de recursos y la eficiencia letal de los drones ucranianos. Según fuentes militares citadas por Efe, el uso de motocicletas, buggies e incluso patinetes eléctricos no es nuevo en las filas rusas, pero su despliegue se ha disparado en las últimas semanas. Los expertos consideran que esta tendencia será clave en la ofensiva rusa prevista para este verano.

Un asalto masivo con 99 motocicletas destruidas

Uno de los ejemplos más chillones de esta nueva táctica se ha producido cerca de Pokrovsk, en el este de Ucrania, donde la 14.ª Brigada de la Guardia Nacional ucraniana, conocida como Chervona Kalina, repelió un ataque ruso masivo. Según las imágenes difundidas por su servicio de prensa, se destruyeron 99 motocicletas en un solo día. "Al menos 60 de estas se dirigían directamente hacia nuestras posiciones", relata 'Sofik', un operador de drones ucraniano, en un vídeo que muestra la batalla. "Al principio daba miedo, estaban por todas partes. Nunca habíamos visto nada parecido". Aunque el ataque duró desde el amanecer hasta la noche, las fuerzas ucranianas lo contuvieron principalmente gracias a los drones kamikaze, pieza fundamental en su estrategia defensiva.

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Ucrania / Efe

Según analistas militares, el uso generalizado de motocicletas surge de una falta creciente de blindados rusos y de la necesidad de evitar concentraciones fácilmente detectables por los drones. El periodista y analista Kirilo Danilchenko explica que, mientras un vehículo blindado puede llevar hasta 15 soldados, un solo impacto de dron puede neutralizarlo completamente. En cambio, dispersar tropas en motocicletas reduce este riesgo y exige muchos más recursos por parte del enemigo para detener el ataque. Con la llegada de la vegetación de verano, las motos ofrecen ventajas adicionales, como una mejor ocultación en terrenos desbastados, lo cual puede dificultar la detección por parte de los drones y aumentar las posibilidades que las tropas rusas lleguen a las líneas ucranianas.

Una opción dictada por la necesidad

"Rusia no tiene alternativas", afirma en Efe Oleksandr Kovalenko, analista del Grupo de Resistencia Informativa. "El ejército ruso no puede permitirse mantener el ritmo de pérdidas de blindados que tenía hace un año". El Instituto para el Estudio de la Guerra (ISW), con sede en los Estados Unidos, considera que este cambio forma parte de una adaptación más amplia al ritmo frenético de la evolución del conflicto. Los dos bandos buscan constantemente soluciones asequibles a las innovaciones del enemigo.

Según varios informes, muchos de estos vehículos son motos baratas importadas de China. "Es más fácil y rápido sustituir una motocicleta que un blindado", ha explicado explica el bloguero ucraniano y oficial militar conocido como 'Alex' en Telegram. Añade que a menudo son tratadas como "despreciables", ya que nadie espera que los conductores sobrevivan estas misiones. Danilchenko coincide: "Para los mandos rusos, la vida de un motorista vale menos que la de un operador ucraniano de drones".

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Ataque ruso a Odesa / Efe

Prepararse para resistir

Para hacer frente a estos nuevos ataques, los defensores ucranianos necesitan más munición de dispersión, campos de minas extensos y obstáculos físicos como alambres de espinas. No obstante, según Danilchenko, la realidad del campo de batalla, marcada por la falta de recursos y los combates continuos, hace difícil mantener estas líneas defensivas de manera efectiva.

El ISW anticipa que el uso masivo de motocicletas será una estrategia central en los próximos meses, en un intento por parte de Rusia de ganar más terreno en el marco de una guerra cada vez más marcada por el agotamiento material y humano. "Militar y económicamente puede tener sentido, pero es casi surrealista en el siglo XXI", concluye Kovalenko. "Es un reflejo del lamentable estado de un ejército que, en teoría, tenía que ser una potencia global".