China se prepara esta semana para enviar un mensaje de fuerza al mundo y reafirmar sus ambiciones de liderar un nuevo orden internacional. Desde el domingo, la ciudad costera de Tianjin acogerá la cumbre de la Organización de Cooperación de Shanghái (OCS), un foro que agrupa potencias que buscan ganar influencia global y presentarse como una alternativa al liderazgo tradicional de los Estados Unidos y Europa. La alianza, que pretende desafiar el statu quo y ser un contrapeso a las instituciones occidentales como la OTAN y el G7, concentra casi la mitad de la población mundial y una parte significativa del producto económico global.
La 25.ª cumbre de la Organización de Cooperación de Shanghái (OCS) arranca este domingo en la ciudad de Tianjin, con la participación de líderes como el presidente chino, Xi Jinping, el presidente ruso, Vladímir Putin, y el primer ministro indio, Narendra Modi, en un momento en que estos mantienen disputas. La OCS es una organización política, económica y de seguridad internacional fundada en 2001 por China, Rusia, Kazajistán, Kirguizstán, Tayikistán y Uzbekistán. La India y Pakistán se unieron en 2017, e Irán lo hizo en 2022.
Los líderes de estos países se reúnen en un contexto marcado por las tensiones globales crecientes y sus relaciones complejas con los Estados Unidos, que mantiene una rivalidad con China y se muestra cada vez más crítico con la política energética de la India, a causa del aumento de las importaciones de petróleo ruso. Algunos analistas apuntan que la cumbre podría servir para anunciar iniciativas concretas orientadas a favorecer el comercio y la inversión, fortalecer la cooperación en materia de defensa, reducir la dependencia del dólar y plantear alternativas al liderazgo occidental. Además de Xi, Putin y Modi, está confirmada la asistencia del secretario general de la ONU, António Guterres, y de los mandatarios de Egipto, Camboya, Nepal, Birmania, Bielorrusia, Irán, Kazajistán, Kirguizstán, Pakistán, Tayikistán, Uzbekistán, Turquía, Iraq, Indonesia, Malasia y Vietnam.
El aislamiento de Putin
La presencia de Vladímir Putin en la cumbre tiene lugar en un contexto de aislamiento diplomático en Occidente a raíz de la invasión de Ucrania. Sin embargo, Moscú mantiene vínculos estrechos con países asiáticos como China, la India, Irán o Corea del Norte, que han ayudado a amortiguar el impacto de las sanciones internacionales. Las exportaciones de petróleo en China y la India, valoradas en 115.000 millones de dólares en 2024, han sido clave para sostener los ingresos energéticos rusos. Durante el encuentro de Tianjin, Putin buscará consolidar este apoyo y exhibir alternativas delante de la presión de los Estados Unidos, que recientemente ha endurecido las represalias comerciales. Además de reunirse con Xi Jinping y Narendra Modi, el presidente ruso prevé encuentros bilaterales con dirigentes de Irán y Turquía, reforzando la imagen de un Kremlin decidido a esquivar el aislamiento occidental.
La presencia de Kim Jong-un y las divisiones internas
La ofensiva diplomática de Pekín contra occidente se completará con un espectacular desfile militar en la capital para conmemorar el 80.º aniversario del final de la Segunda Guerra Mundial, que contará con la presencia del líder norcoreano Kim Jong-un. Con esta doble escenificación, Xi Jinping aspira a reforzar su proyecto de bloque internacional, a pesar de que las tensiones internas y los intereses enfrentados de los miembros de la OCS ponen en duda la solidez real de esta iniciativa. La organización, dominada históricamente por China y Rusia, afronta equilibrios frágiles desde la entrada de la India. Nueva Delhi mantiene una política de no alineamiento y de neutralidad y, aunque ha aumentado los lazos comerciales con Rusia y China, es poco probable que ofrezca un apoyo significativo a sus conflictos, como la guerra de Rusia en Ucrania o las reclamaciones de la China sobre Taiwán.