Rusia reconoce la autoría del ataque al puerto de Odesa, pero justifica sus actos afirmando que sus misiles se dirigían a infraestructura militar. "Los misiles Kalibr destruyeron un objetivo de la infraestructura militar del puerto de Odesa", escribió a su canal de Telegram la portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia, Maria Zakhàrova, que dijo que "en el ataque de alta precisión" se destruyó una lancha militar ucraniana. Sin embargo, Ucrania ya señaló que se trata de un puerto comercial, clave en el nuevo acuerdo entre los dos países para desbloquear el comercio de trigo, el cual cuelga de un hilo.

Desde el Kremlin insisten en decir que sus misiles van simplemente iban detrás de objetivos militares. Concretamente, además de la embarcación militar, afirman haber destruido un depósito de misiles antivaix norteamericanos Harpoon. "También estuvieron inutilizadas capacidades productivas para reparación y modernización de los barcos de la Armada de Ucrania", ha afirmado el portavoz de esta cartera, general Ígor Konashénkov, en la comparecencia de prensa diaria, según recopilación Efe.

Condena internacional

A pesar de las justificaciones rusas que claman por la alta precisión de sus ataques. La comunidad internacional se ha indignado con el ataque ruso, el cual llegó solo unas horas después de la firma del acuerdo con Ucrania para desbloquear el comercio de cereales y grano. Uno de los primeros a condenar los hechos fue justamente uno de los líderes involucrados en las negociaciones: el secretario general de la ONU, António Guterres.

Los Estados Unidos siguieron los pasos del líder de la ONU y su secretario de Estado, Antony Blinken, denunció que el ataque contra Odesa "plantea serias dudas sobre el compromiso de Rusia con el acuerdo". Las dudas sobre la viabilidad del acuerdo después del ataque al puerto también fueron protagonistas de la condena de la Unión Europea, que va afirma que la acción militar rusa "vuelve a demostrar el menosprecio total de Rusia por el derecho y los compromisos internacionales".

Sin embargo, los primeros a denunciar que el acuerdo estaba en peligro fueron los ucranianos. Poco después del ataque, el gobierno ucraniano acusó a Moscú de "escupir en la cara" la ONU y Turquía con su ataque. El presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, ha declarado que todo "demuestra solo una cosa: es igual lo que Rusia prometa, siempre encontrará una manera de no cumplirlo". Odesa en el punto de mira de las tropas rusas desde el inicio de la invasión, ya que es un enclave estratégico en el mar Negro, sea por motivos comerciales o militares.