El protocolo de Irlanda del Norte, pactado entre Londres y Bruselas en el marco de las negociaciones por el Brexit, podría suponer una de las primeras grandes crisis del gobierno del conservador Rishi Sunak. Algunos de sus ministros, los más euroescépticos, se han planteado su dimisión si finalmente este se aplica y acaba teniendo efectos negativos sobre la soberanía británica de esta nación. En 2016, los norirlandeses votaron "no" a salir de la Unión Europea, como los escoceses, mientras en Inglaterra, Gales (y en el Reino Unido) ganó el "leave". La región acabó aceptando la derrota, aunque había mucha preocupación por cómo sería la situación desde entonces con la única frontera terrestre del país con un miembro de la UE, es decir, Irlanda. Por eso, se redactó el documento de la discordia, para intentar evitar que se impusiera una frontera dura que separara físicamente las dos Irlandas.

Un acuerdo muy complicado

Este documento recoge las particularidades geográficas, pero también históricas de Irlanda del Norte, y quedaba establecido que este territorio seguiría estando vinculado a un puñado de normas de la Unión Europea, tanto por temas fiscales como de comercio y sanidad. Por otra parte, se pactó un sistema de controles en los puertos de Irlanda del Norte, para que las mercancías británicas no se pudieran introducir en el territorio comunitario, como pasaba antes del Brexit. Este protocolo, tal como ha indicado el mismo Rishi Sunak para calmar las aguas de su partido, todavía no se ha aplicado, y las negociaciones continúan con el ejecutivo comunitario.

Con todo, es consciente de que no hay ningún tipo de acuerdo posible si no tienen el apoyo del Partido Democrático Unionista, (DUP) el segundo más importante de Irlanda del Norte. Este se ha quejado por los "efectos colaterales" del protocolo sobre las relaciones comerciales con el resto del país, considerando que supone un alejamiento económico y político de Londres, cosa que quieren evitar. Este partido ha bloqueado una posible formación de gobierno con el Sinn Féin que apuesta por la reunificación de las dos Irlandas y que ganó las elecciones de mayo del 2022.

Sunak, más proactivo que Johnson

Durante el gobierno de Boris Johnson, que dimitió el pasado mes de septiembre, los unionistas irlandeses tuvieron el apoyo de Downing Street. Entonces, se propuso una ley para impugnar de manera unilateral los acuerdos firmados años antes, aunque ya eran a todos efectos parte del Derecho Internacional. Mientras tanto, Bruselas ignoraba esta situación y no quería oír hablar de la posibilidad de volver a negociar el protocolo, limitándose a pedir a cumplir sus disposiciones. De momento, la Comisión Europea ha abierto cinco expedientes sancionadores para incumplirlas. Con todo, Sunak se ha alejado de Johnson en este sentido, y desde que llegó al gobierno desde Bruselas han notado una mayor disposición para llegar a un acuerdo.

Esta actitud más proactiva de Sunak no ha gustado nada a los miembros más críticos de su propio gobierno. El diario The Times recoge el testimonio de un ministro convencido de que algunos de sus colegas dimitirán si se acaba pactando un documento que "mine" la soberanía norirlandesa, mientras desde la oficina del primer ministro insisten en que salvaguardar esta provincia dentro del Reino Unido es una de sus prioridades.