Del 22 al 29 de septiembre, Nueva York se convertirá en la capital de la diplomacia mundial con la 80.ª Asamblea General de las Naciones Unidas. Es una edición especial, ya que coincide con el 80.º aniversario de la Organización y llega en medio de unas crisis que ponen a prueba el multilateralismo entre los países. Las guerras de Gaza y Ucrania, la crisis climática, la igualdad de género y los retos éticos de la inteligencia artificial marcarán una semana que muchos describen como la más crucial de las últimas décadas.

La cuestión palestina será el primer gran momento. El lunes 22 de septiembre, antes de iniciarse oficialmente el debate general, Francia y Arabia Saudí impulsan la “Declaración de Nueva York”, una conferencia internacional que busca hacer realidad la solución de dos estados con un plan detallado de 42 puntos. El contexto es dramático, ya que más de 65.000 muertos palestinos en dos años de guerra en Gaza y una escalada que la misma ONU, mediante una comisión independiente, ha calificado de genocidio. Portugal y el Reino Unido, entre otros, aprovecharán la cumbre para reconocer oficialmente Palestina, sumándose a más 140 países que ya dan apoyo. Pero tanto Israel como Estados Unidos se han opuesto. En la otra lado, movimientos ciudadanos israelíes han alzado la voz: casi 9.000 personas han firmado una petición a favor del reconocimiento internacional de Palestina como única vía para poner fin a la guerra.

Ucrania también tendrá un papel central. El presidente Volodímir Zelenski ha confirmado una reunión con Donald Trump y otros líderes internacionales, mientras que las primeras damas de Ucrania y de los Estados Unidos, Olena Zelenska y Melania Trump, mantendrán su primero encuentro privado para abordar cuestiones humanitarias y de protección de los niños. Paralelamente, se hará una cumbre sobre el retorno de los menores ucranianos deportados a Rusia, con la participación de al menos 38 delegaciones, y se hablará del denominado “acuerdo de los minerales”, que abre la puerta a inversiones norteamericanas a cambio de acceso preferente a los recursos naturales ucranianos.

Crisis climática e igualdad de género, bien presentes en la cumbre

El clima será otro eje central. El 24 de septiembre, la Cumbre del Clima de la ONU exigirá compromisos más ambiciosos en reducción de emisiones y transición energética antes de la COP30 que se celebrará en Brasil en noviembre. Se busca movilizar financiación, acelerar la transición verde y establecer criterios de integridad para evitar el greenwashing (la estrategia de mercado que utilizan algunas empresas para aparentar ser más respetuosas con el medio ambiente de lo que en realidad son). Durante la semana se celebrarán foros de inversión y encuentros entre gobiernos, inversores y empresas. El sector privado español estará presente con empresas como Iberdrola, Acciona o BBVA.

También habrá espacio para derechos humanos y cuestiones sociales. El 22 de septiembre se revisará la Agenda Beijing+30, coincidiendo con el trigésimo aniversario de la Declaración de Beijing, la hoja de ruta más ambiciosa para la igualdad de género. El objetivo es renovar compromisos ante una “creciente reacción contra los derechos de las mujeres”. Además, la semana incluirá una reunión de nivel alto sobre enfermedades no transmisibles y un debate sobre salud mental y bienestar.

Preocupación mundial con el avance de la inteligencia artificial

Otro punto clave será la inteligencia artificial. El 25 de septiembre, los líderes abordarán por primera vez la necesidad de un marco global de gobernanza para la IA. Su expansión ha traído innovaciones en sectores como la salud o la movilidad, pero también riesgos graves, como la vigilancia masiva, manipulación informativa o desigualdad de acceso entre países. Ante la ausencia de un organismo internacional reconocido, la cumbre aspira a poner las bases de un “Global Dialogue on AI Governance”.

Por otra parte, Catalunya también estará presente con el conseller Jaume Duch, que mantendrá encuentros con agencias de la ONU y autoridades latinoamericanas para proyectar el compromiso catalán con la cooperación mundial. En paralelo, el Estado español tendrá una presencia destacada con Pedro Sánchez y Felipe VI en varios actos oficiales.