Los ciudadanos de París votaron este domingo por una abrumadora mayoría del 89% en contra los patinetes de alquiler, en el referéndum organizado por el ayuntamiento sobre la continuación de ese servicio. La participación fue de apenas el 7,9% entre los cerca de 1,4 millones de parisinos que podían votar, según los datos que divulgó el ayuntamiento. A pesar de que solo había veinte centros de voto en toda la ciudad, se registraron colas durante buena parte de la jornada, en las cuales los ciudadanos entrevistados señalaban de forma casi unánime su oposición.

El voto era técnicamente consultivo, pero la alcaldesa, la socialista Anne Hidalgo, había asegurado que seguiría el resultado, por lo que los 15.000 vehículos que actualmente tienen en las calles las tres empresas autorizadas (Lime, Tier y Voi), tendrán que ser retirados para el 31 de agosto, cuando concluye su autorización de cinco años.

3 muertos en accidentes y 426 heridos

Las empresas que operan en París habían organizado una campaña a favor del mantenimiento del servicio para la que reclutaron a influencers, aunque quedó muy lejos de ser suficiente. La iniciativa municipal se tomó ante el aumento de la siniestralidad de estos aparatos (459 accidentes en 2022, con tres muertes y 426 heridos, lo que supone el doble de lesionados que en 2019, antes de la pandemia). Además, los habitantes de la ciudad se han quejado ampliamente de los cada vez más numerosos comportamientos peligrosos e incívicos de los usuarios (también de los patinetes privados), así como el que se dejen aparcados o tirados en cualquier lugar, sin respetar las zonas de aparcamiento establecidas por empresas y Ayuntamiento. 

Recuperar la confianza democrática

Aunque el Consistorio tenía la potestad de no renovar las concesiones a las empresas, que caducan el 31 de agosto, prefirió organizar una votación ciudadana para mitigar la actual "desconfianza democrática" en las instituciones, apuntaba el concejal de Transportes de París, el ecologista David Belliard. Para la oposición de derecha, el referéndum pretendía maquillar el caos de tráfico que vive París por la conjunción de patinetes, bicis, motocicletas y coches, muchas veces coincidiendo en la misma vía, a pesar del esfuerzo del Ayuntamiento en perennizar nuevos carriles bici (ya son 200 kilómetros).

El Gobierno francés de Emmanuel Macron también quiso tener peso en la controversia local, por medio del ministro de Transportes, el parisino Clément Beaune, de quien se especula su interés en aspirar a la alcaldía de la capital en las próximas elecciones municipales. Beaune anunció esta misma semana que se prepara una reglamentación nacional que incluya la edad mínima de 14 años (actualmente son 12) para conducir un patinete eléctrico y multas de 135 euros para los infractores a las normas de circulación.