Este miércoles 1 de febrero ha entrado en vigor la prohibición de acceder con patinetes eléctricos al transporte público, que se mantendrá al menos hasta el 31 de julio. La primera jornada con esta nueva norma ha transcurrido con normalidad y sin incidencias y de momento no ha habido ninguna multa. La mayoría de usuarios han seguido la nueva norma y aquellos que han intentado acceder al tren o al metro con un vehículo de movilidad personal (VMP) han sido informados de la prohibición y se los ha invitado a marcharse. Pere Torres, director general de la Autoritat del Transport Metropolità (ATM) ha explicado al programa 'Tot es mou' de TV3 que aunque "la capacidad para multar está desde el primer día", al principio se priorizará la información a la sanción, de manera que "se invitará a los usuarios que lleven el patinete y que puedan alegar que no han sido informados de que no lo entren".

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Los vigilantes de seguridad se han encargado de informar a los usuarios del patinete eléctrico que han intentado acceder al tren o al metro de que no lo podían hacer, y en el caso de los buses han sido los mismos conductores los que han informado a los ciudadanos. Por otra parte, lo ATM también ha colocado en las estaciones y en los convoyes carteles informativos sobre la prohibición. Una vez pasados estos días iniciales, las personas que infrinjan la norma y vayan más allá de las máquinas de validación en un patinete o monociclo eléctrico, serán sancionadas con 200 euros.

División de opiniones entre los usuarios

La prohibición ha despertado varias opiniones entre la ciudadanía. Algunos usuarios del patinete eléctrico consideran que es una norma que "va en contra de los trabajadores" porque en muchos casos les dificulta o ralentiza la movilidad diaria hacia el trabajo. Un usuario, Nicolàs, ha explicado a EFE que a partir de ahora "perderá" más de media hora andando de la estación a su puesto de trabajo, cuando antes recortaba este tiempo con el patinete. La realidad es que dos de cada cinco desplazamientos con VMP se combinan algún sistema de transporte público, según el 'Segundo Barómetro RACC de la movilidad en VMP en Barcelona y en sus accesos', de manera que la prohibición forzará un cambio de hábitos para muchos usuarios.

Por otra parte, hay personas que aunque utilizan el patinete eléctrico cada día, no se han visto afectadas por la prohibición porque no lo combinan con el transporte público, sino que hacen todo el trayecto con VMP. Entre la ciudadanía que no utiliza el patinete eléctrico, algunos ven la prohibición con buenos ojos porque deja más espacio dentro del metro o el tren, pero otros creen que ha sido una medida "desproporcionada".

Un grupo de trabajo para definir la nueva normativa

El periodo de prohibición servirá para redactar "una propuesta de regulación sobre el acceso y seguridad de los patinetes eléctricos y otros vehículos de movilidad personal" con el objetivo que el próximo mes de agosto se pueda establecer una normativa clara sobre el transporte de patinetes. En relación con esta cuestión, Torres ha confirmado que ya se ha iniciado este proceso y se ha constituido un grupo de trabajo en el cual hay representantes del ATM, los operadores y las administraciones implicadas, pero también de "expertos, bomberos, seguridad industrial, asociaciones de usuarios, fabricantes de sufrimientos" que harán propuestas para intentar encontrar soluciones al problema Por otra parte, hay un proceso "de análisis técnico" sobre los riesgos y sobre cómo garantizar la seguridad de todos los usuarios del transporte público.