El papa Francisco ha afirmado este miércoles que "el mundo está en guerra porque ha perdido la paz", pero no se trata "de una guerra de religiones, sino por|para el poder. No tengo miedo de decir eso". Lo ha expresado en el avión que le ha llevado a Cracovia (Polonia), donde asistirá a los actos de la Jornada Mundial de la Juventud 2016.

El papa también se refirió al actual momento como una guerra "no orgánica", es decir no declarada, pero "sí organizada".

Con un tono afligido, que rompía la alegría típica de un viaje en el cual se encontrará con centenares de miles de jóvenes, Francisco ha comentado los últimos episodios de violencia y los atentados, como el asalto ayer una iglesia al norte de Francia y en la cual fue asesinado el sacerdote de 86 años Jacques Hamel mientras celebraba misa en Saint-Etienne-du-Rouvray, en Normandía.

El papa, sin embargo, quiso recordar la muerte de muchos inocentes y no sólo en Europa.

"Hablo seriamente de guerra, de una guerra de intereses, por|para dinero, para|por los recursos de la naturaleza, por|para el dominio de los pueblos. Pero no guerra de religiones, porque todas las religiones quieren la paz".

La primera palabra que le pasa por la cabeza sobre el actual momento de violencia es "inseguridad, pero la verdadera palabra es guerra", ha dicho.

"Desde hace tiempo decimos que el mundo vive una guerra fragmentada. Recordamos a este santo sacerdote que ha muerto en el momento en que recogía las oraciones para la Iglesia. Él es sólo uno, pero cuántos cristianos, cuántos inocentes, cuántos niños... Pensemos, por ejemplo, en Nigeria", siguió al pontífice.

Francesc pone sus esperanzas en los jóvenes. "Dicen que la juventud es esperanza, pues esperemos que los jóvenes nos digan alguna cosa y nos den una brizna|hebra de esperanza en este momento".

También agradeció en todos aquellos que en estas horas le han enviado mensajes de pésame por|para el asesinato del sacerdote. En particular destacó la llamada del presidente francés, François Hollande, que le transmitió "su pena como un hermano".

El pontífice envió ayer un telegrama a la Iglesia francesa en la cual decía estar "particularmente afectado por este acto de violencia", imploraba "la paz de Dios para todo el mundo" y pedía "al Señor inspirar a todos pensamientos de reconciliación y hermandad después de este nuevo suceso".