ÚLTIMA HORA | Sigue el minuto a minuto del conflicto Rusia - Ucrania
En las guerras siempre hay efectos colaterales. La Unión Europea y los Estados Unidos han impuesto sanciones en Rusia. Por su parte, Rusia tampoco se ha quedado quieta y ha respondido. Sobre el cielo cierne la idea o la posibilidad de que Rusia acabe siendo un estado paria. Y en los últimos días, ya se han visto algunas de las consecuencias de estos primeros movimientos. Primeros, porque es posible que vengan más. En este contexto, los países de la Asia Central están preocupados por la suspensión de exportaciones de grano y azúcar por parte de Rusia. El gobierno ruso ha anunciado que tiene intención de extender la prohibición de exportación de cereales y azúcar a otros países hasta finales de agosto, una medida que, como no podría ser de otra manera, ha provocado miedo y temor a la escasez de alimentos en la región. Desde Rusia se ha justificado la decisión por la necesidad "de garantizar la seguridad alimentaria del país y ayudar a proteger el mercado interno en la situación actual"

Eso quiere decir que todos los otros estados miembros de la Unión Económica Eurasiática (EAEU), donde están Armenia, Bielorrusia, Kazajistán y Kirguistán, se verán privados de la oportunidad de importar trigo, centeno, cebada y maíz de Rusia hasta esta fecha designada. Los funcionarios de Moscú insisten en que Rusia actualmente tiene existencias de cereales por encima de sus necesidades, pero que la prohibición actual se ha instaurado para evitar la reexportación de cultivos en terceros países. De hecho, desde Rusia se ha enviado otro mensaje que es que "los países de la EAEU ya han comprado las cantidades que necesitan, libres de impostas, durante la temporada actual".

Las reservas de productos en Kazajistán y Kirguistán

A pesar de todo, parece que Kazajistán tendría una opinión diferente. El año pasado, los kazajos aumentaron el volumen de compras de cereales en Rusia en un 77%, quedando solo por detrás de Turquía y Egipto, en que son los principales compradores mundiales de cereales rusos, tal como destaca el portal Eurasianet. Los expertos de la industria dicen que el volumen puede ser todavía mayor, porque los datos oficiales de Rusia no tienen en cuenta las transacciones hechas en economía sumergida, destaca el mismo portal. Y es que la cosecha de cereales de Kazajistán fue especialmente mala el año pasado por la sequía que afectó al país. Aunque hay que tener en cuenta que las altas temperaturas restringieron los volúmenes de grandes cultivados, también se tiene que mencionar que contribuyeron a mejorar su calidad y valor. Por lo tanto, una parte importante de la cosecha se exportó y las necesidades internas se suplieron mediante la importación rusa de bajo coste. Esta ventana, que se abrió el año pasado, se tiene que cerrar este año.

Desde Nursultán, la capital del país, se han apresurado a decir que estas prohibiciones de Rusia no tendrían por qué afectar. Las existencias actuales serían de 6,7 millones de toneladas, hecho que, según constatan, sería necesario para cubrir las necesidades internas hasta el próximo otoño. Un mensaje no muy compartido por la Grain Union of Kazakhstan –una organización que consiste en crear condiciones favorables para el desarrollo sostenible del mercado de cereales del país–. En este sentido, ha dicho a lo mismo digital que esta prohibición ha provocado pánico por la compra de harina y que algunos agricultores lo han aprovechado para subir el precio. "Kazajistán tiene grano suficiente, incluso excedente que se puede exportar, pero necesitamos que las autoridades también impongan restricciones en la exportación que puedan ser perjudiciales a la industria".

El azúcar, sin embargo, ya es más complicado, porque el país no cubre las necesidades internas solo con su producción. El país importa dos tercios del azúcar que consume, y la mitad de estas importaciones provienen de Rusia. Otro proveedor importante es Bielorrusia, que también se enfrenta a diferentes sanciones internacionales para dar apoyo a la invasión rusa de Ucrania. En este sentido, las reservas de azúcar podrían durar solo tres meses. Además, los expertos también alertan de que a medida que la moneda nacional vaya perdiendo valor, el coste de los bienes importados será todavía más alto. Y eso supondrá una pérdida del poder adquisitivo.

Un efecto que podría afectar de la misma manera en Kirguistán. Más del 90% de las importaciones de trigo del país provienen directamente de Kazajistán y de Rusia. Y las consecuencias de todo se han visto deprisa. El precio del azúcar ya se ha disparado también en este país. Según informa el mismo portal, el país tiene dos fábricas de azúcar en el país, sin embargo, solo cubren el 60% de la demanda.

La dependencia de Tayikistán

Los taxistas del país ya se empiezan a quejar por el precio del combustible. Y aunque es un buen indicador o cuando menos visible de la situación, no es lo único que está subiendo de precio al país. Con la pérdida del poder adquisitivo, cada vez son menos los que se pueden permitir pagar un taxi en Tayikistán. Este país de la Asia Central tiene una fuerte dependencia en diferentes niveles para cubrir las necesidades básicas del país. La economía del país ya ha sufrido las primeras consecuencias. El efecto es importante porque muchos tayikos trabajan en Rusia y envían dinero y el rublo ha caído a niveles históricos. El panorama es desolador, ya que tal como recoge lo mismo digital en otro artículo, el gobierno ha dado poco apoyo a la población en otras crisis, como la del 2008, 2014 y 2020.

De hecho, durante la pandemia, el país recibió unos 10,28 millones de euros del Banco Mundial que fueron destinados a un fondo de emergencia, además de 164.000 hogares en situación de pobreza. El gobierno propio de Tayikistán no se gastó dinero para afrontar la pandemia. Y de hecho, mientras que Kazajistán y Kirguistán ya han puesto en marcha planes de choque para hacer frente a las sanciones rusas, de momento, Tayikistán no ha expuesto cuál será la línea de actuación a partir de ahora. Hay que decir, sin embargo, que Tayikistán no es miembro de la EAEU.

 

Imagen principal: antigua Astaná, conocida ahora como Nursultán, capital del Kazajistán / Unsplash