El primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, ha anunciado que tiene la intención no solo de presentarse a las próximas elecciones del país, sino también de ganarlas. “Sí”, ha respondido con contundencia al ser preguntado al respecto durante una entrevista en el Canal 14 emitida este sábado, y a continuación ha reafirmado que también espera imponerse con éxito en las urnas. El posicionamiento del actual jefe del gobierno hebreo se ha producido en medio de una nueva escalada de tensión en la Franja de Gaza, después de que se rompiera el alto el fuego con Hamás. Paralelamente al anuncio de Netanyahu, las tropas israelíes habían reanudado los bombardeos como respuesta a un ataque perpetrado por milicianos de los islamistas contra unidades del ejército hebreo desplegadas en la zona, marcando así un nuevo capítulo de violencia en el conflicto.

La afirmación de Netanyahu sobre las elecciones coincide con el estallido de tensión en Gaza, solo seis días después de la firma del alto el fuego en Sharm el-Sheikh. El acuerdo de paz, pactado el lunes pasado en la ciudad egipcia, se ha visto gravemente comprometido después de que milicianos de Hamás atacaran tropas de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) desplegadas en la ciudad de Rafah, en el sur de la Franja. Según ha informado The Times of Israel, varios combatientes habrían salido de un túnel subterráneo para abrir fuego contra los soldados israelíes, en una acción considerada una violación directa del alto el fuego. Como respuesta, Israel ha reanudado los bombardeos aéreos en la zona, aunque las FDI aún no han emitido ningún comunicado oficial confirmando el alcance de la operación.

En este sentido, Netanyahu ha remarcado que la guerra en Gaza finalizará solo cuando se hayan cumplido íntegramente los términos establecidos en el acuerdo aceptado por Israel. Según el primer ministro, el primer objetivo es el retorno de los cuerpos de los rehenes muertos que todavía están retenidos por Hamás. “Estamos trabajando en ello ahora mismo”, ha afirmado, subrayando que el gobierno se mantiene firme en su voluntad de cumplir del todo con lo que se ha acordado. Sin embargo, ha dejado claro que, si los islamistas no acceden voluntariamente a entregar las armas, Israel lo impondrá por la fuerza. Netanyahu ha insistido en que solo cuando el grupo se desarme completamente y Gaza sea una zona desmilitarizada se podrá dar por terminada la guerra, condicionando así cualquier escenario de paz a la rendición militar de Hamás.

Entre el fuego enemigo y la amenaza interna

Sea como fuere, antes de poder aspirar a una nueva victoria electoral, Netanyahu deberá resistir la presión creciente dentro de su propio ejecutivo. El ala dura del gobierno, encabezada por los ministros ultranacionalistas Itamar Ben-Gvir, titular de Seguridad Nacional, y Bezalel Smotrich, responsable de Finanzas, ha reiterado las amenazas de dinamitar la coalición si se mantiene cualquier vía diplomática con Hamás. Tanto Ben-Gvir como Smotrich rechazan de manera frontal cualquier salida negociada y exigen una destrucción total de la organización islamista, sin espacio para el diálogo. A pesar de este contexto de tensión, Netanyahu optó por aceptar la primera fase del alto el fuego impulsado por el presidente estadounidense Donald Trump, decisión que superó políticamente a pesar de las amenazas de ruptura interna promovidas por estos dos pesos pesados del sector más extremo de su gabinete.