Un millón de personas salió este sábado a las calles del centro de Londres para reclamar un segundo referéndum del Brexit. La manifestación la ha convocado la plataforma cívica People's Vote (Voto Popular), que ha ofrecido la estimación de participantes. La marcha ha discurrido bajo el lema Put it to the people ("Ponlo en manos de la gente"), en referencia a la decisión sobre el Brexit.

La manifestación arrancó pasadas las 12.00 desde Park Lane y ha terminado dos horas después frente al Parlamento británico, donde la próxima semana está previsto que los diputados se pronuncien por tercera vez sobre el acuerdo sobre el Brexit que la primera ministra, Theresa May, alcanzó con la Unión Europea. Ese acuerdo ya ha sido ampliamente rechazado dos veces por la Cámara de los Comunes.

También el SNP

A la multitudinaria protesta se unieron la líder del SNP escocés y ministra principal para Escocia, Nicola Sturgeon; el número dos del Partido Laborista, Tom Watson; el ex viceprimer ministro "tory" Michael Heseltine, y el alcalde de Londres, el laborista Sadiq Khan. También miembros del nuevo Grupo Independiente, formado por exdiputados de los partidos Laborista y Conservador, como Chuka Umunna o Anna Soubry.

En paralelo a esta convocatoria, más de cuatro millones de personas han firmado una petición online al Gobierno que pide la revocación del Artículo 50 del Tratado de Lisboa y que se cancele el Brexit. Es la petición que más firmas ha recabado nunca. Ahora está pendiente de una respuesta del Ejecutivo y de que el Parlamento decida si la somete a debate.

Reputación dañada

Teo Benea, coordinadora de la campaña Our Future, Our Choice ("Nuestro futuro, nuestra elección"), que aboga por la celebración de un segundo referéndum, acudió a la marcha con una pancarta en la que podía leerse: "Los trabajadores europeos sustentan la economía... ¿de verdad queréis que nos vayamos?".

Esta joven, originaria de Rumanía, dijo que no ha conocido una situación política similar en los diez años que lleva en el Reino Unido.

"Me siento optimista porque creo que la gente se está dando cuenta de las consecuencias que puede tener el Brexit, aunque al mismo tiempo me siento desmoralizada de que en los últimos tres años el gobierno no haya sido capaz de solucionarlo", señaló.

A juicio de Benea, politóloga de profesión, la gestión del Brexit ha hecho que el Reino Unido haya perdido parte de su reputación internacional. "Creo que muchos países están pensando: '¿por qué el Reino Unido se está haciendo esto a sí mismo?'", añadió.

A su parecer, la política ha dividido tanto a los ciudadanos que lo difícil a partir de ahora será cómo acabar con esa polarización.

Por una Europa conectada

A unos pocos pasos, el escocés Chris Murray, que llegó a Londres en uno de los autobuses que partió la noche del viernes desde Edimburgo, coincidió en que el escenario político ha posibilitado hasta tal punto la opción de un salida abrupta que su opinión ha cambiado respecto a la necesidad de volver a las urnas.

"A estas alturas, el año pasado no apoyaba un segundo referéndum, pero con un Brexit sin acuerdo las consecuencias serían terribles", aseguró.

El español Gustavo Vidal decidió apoyar la marcha porque considera que los fundamentos europeos como la libre circulación son beneficiosos.

"Creo en la idea de una Europa conectada con libre circulación de bienes y personas, frente a las decisiones como el Brexit o el muro del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, que solo pretenden crear más fronteras entre nosotros", sostuvo.

¿Qué pasa ahora?

Después de que el Consejo Europeo advirtiera al Reino Unido de que tan solo le concederá una prórroga corta, hasta el próximo 22 de mayo, si antes de este 29 de marzo Westminster aprueba el pacto, May trabaja a contrarreloj para lograr que se aprueba su acuerdo con Bruselas.

Si ese plan fracasa, entonces el país deberá decidir antes del 12 de abril si, como reclama la popular petición, revoca el Artículo 50, convoca un referéndum, como gritaron hoy las calles de Londres, o solicita una prórroga más larga, que obligaría al Reino Unido a participar en las elecciones al Parlamento Europeo del 23 al 26 de mayo próximos.