La salud de Donald Trump vuelve a estar en el punto de mira después de una de sus últimas apariciones públicas. Los periodistas, fotógrafos y los allí presentes se fijaron en un pequeño detalle que no pasó desapercibido: el presidente de los Estados Unidos lucía en su mano derecha una gruesa capa de maquillaje líquido que, a la vista de las cámaras, era bastante visible. Estas imágenes han dado la vuelta al mundo y han generado un torrente de especulaciones en las redes sociales y medios internacionales. ¿Pero qué intentaba esconder Donald Trump?

Hace poco más de un mes, la Casa Blanca informó de que Donald Trump se había sometido a un control médico que reveló que la hinchazón en las manos se debe a una insuficiencia venosa crónica, una enfermedad vascular frecuente en personas de 70 años. Este lunes, en el Despacho Oval, mientras el presidente de 79 años hablaba con la prensa y firmaba una orden ejecutiva para reforzar el entrenamiento de la Guardia Nacional, se le pudo ver una extensa marca azulada en el dorso de la mano, bien visible en las fotografías.

La secretaria de prensa de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, ya había explicado que los hematomas en la mano de Trump son "compatibles" con la irritación provocada por sus "frecuentes apretones de manos y el uso de aspirina". Por otra parte, a principios de mes, preguntada en rueda de prensa sobre la evolución del tratamiento del presidente por la insuficiencia venosa crónica diagnosticada en julio, Leavitt evitó dar detalles. "No quiero asumir este compromiso en nombre del médico, pero sin duda es una cosa que podemos analizar y explorar en un esfuerzo de transparencia, porque a diferencia de la anterior Casa Blanca, no hay nada que esconder".

No obstante, las fotografías que muestran la mano de Donald Trump recubierta de maquillaje han vuelto a poner en circulación las teorías sobre su salud. Varios analistas políticos señalan que la opacidad informativa favorece los rumores y da argumentos a sus detractores, que ponen en duda si el presidente tiene la capacidad necesaria para afrontar el agotamiento de un nuevo mandato.