El presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, ha firmado este lunes una orden ejecutiva que ordena a los fiscales federales penalizar con un año entre rejas a las personas que quemen la bandera de los Estados Unidos. “Si quemas una bandera, te ponen un año de prisión, no hay salidas anticipadas, ni nada,” dijo Trump mientras firmaba la orden. “Veréis que la quema de banderas se detendrá inmediatamente”, ha concluido con contundencia. Esta medida llega después de que la quema de la bandera estadounidense haya aumentado considerablemente en los últimos meses, especialmente durante las protestas antiisraelíes y durante las protestas contra las batidas antiiinmigración en Los Ángeles. “En todo el país queman banderas”, ha dicho Trump en el Despacho Oval. “La gente de este país no quiere ver nuestra bandera americana quemada y escupida por personas que, en muchos casos, son agitadores pagados.”

“La bandera norteamericana es el símbolo más sagrado y apreciado de los Estados Unidos de América, y profanarla es singular e intrínsecamente ofensivo y provocador. Es una declaración de menosprecio y hostilidad hacia nuestra Nación, y un acto utilizado por grupos de ciudadanos extranjeros calculado para intimidar y amenazar con violencia a los norteamericanos”, dice la ficha informativa sobre la orden proporcionada por la Casa Blanca a Fox News.

La orden ejecutiva pide a la fiscal general de los Estados Unidos, Pam Bondi, que procese en todos aquellos que violen las leyes “de manera que implique la profanación de la bandera” y que examine los casos en que personas han quemado banderas y vea si pueden ser acusadas de otros delitos que violen las leyes estatales y locales, como alterar la paz o infringir las leyes ambientales.

Según el Tribunal Supremo, quemar banderas es un derecho de expresión protegido

El Tribunal Supremo de los Estados Unidos sentó un precedente clave el año 1989 con el caso Tejas contra Johnson, en el que determinó por una ajustada mayoría de 5 en 4 que la quema de la bandera forma parte de la libertad de expresión garantizada por la Primera Enmienda. Los jueces concluyeron que, a pesar de ser un acto polémico y ofensivo para muchos, se trata de una expresión política protegida constitucionalmente.

Aquella sentencia invalidó las leyes que prohibían la crema de banderas en 48 estados y dejó claro que el gobierno no puede castigar a una persona solo porque su manera de protestar ofende o molesta. Así, quemar la bandera quedó reconocido como un símbolo de rebeldía y un ejercicio legítimo del derecho a la libertad de expresión.