Tras horas de expectación máxima en Francia, el presidente Emmanuel Macron ha anunciado a Sébastien Lecornu como primer ministro del país. El nuevo jefe de gobierno ya había experimentado una primera etapa en el cargo que solo duró 27 días por la falta de consenso en Francia. Macron ha vuelto a depositar su confianza en Lecornu para intentar poner punto y final a la inestabilidad política que asola al país y que ya ha hecho caer en los meses anteriores a Gabriel Attal, Michel Barnier y François Bayrou; y al propio Lecornu hace tan solo cuatro días. "Acepto, por deber, la misión que me ha confiado el presidente de la República para hacer todo lo posible para proporcionar a Francia un presupuesto para fin de año y responder a los problemas de la vida cotidiana de nuestros compatriotas", ha señalado Lecornu en un mensaje publicado este viernes en redes sociales.

Horas antes del anuncio, el presidente de la República había expuesto su propuesta de futuro para el país a los principales responsables de los partidos políticos y grupos parlamentarios franceses. De la cita en el palacio del Elíseo había excluido a Agrupación Nacional y la Francia Insumisa. Sin embargo, la presión de estas formaciones ya forzó la dimisión de Lecornu hace pocos días, y el chantaje político en este segundo mandato no será menor. El jefe de gobierno deberá afrontar una fuerte oposición, marcada por críticas contundentes y amenazas de mociones de censura tanto por parte de la extrema derecha como de la extrema izquierda.

El nuevo primer ministro, cuyo nombramiento se ha conocido a través de un comunicado emitido por el Elíseo, ha hecho un llamamiento precisamente a "poner fin a esta crisis política", así como a la "inestabilidad que perjudica a la imagen de Francia y sus intereses". "La restauración de nuestras cuentas públicas sigue siendo una prioridad para nuestro futuro y nuestra soberanía: nadie puede eludir esta necesidad", ha dicho, añadiendo que "el nuevo equipo de gobierno debe encarnar la renovación y la diversidad de competencias".

¿Moción de censura?

Pese a las palabras de Lecornu, la amenaza de una moción de censura no ha tardado en aparecer. El coordinador de la Francia Insumisa, Manuel Bompard, ha denunciado que se ha dado "otra bofetada al pueblo francés por parte de un hombre irresponsable embriagado por su poder", en referencia a Macron. El diputado ha anunciado que la formación de extrema izquierda presentará una nueva moción para censurar a Lecornu. En la misma línea, Jean-Luc Mélenchon, miembro del partido, ha criticado que "Macron no puede hacer de otra cosa que de Macron", asegurando que "los que han sido el decorado de esta comedia han hecho el ridículo".

Desde el otro lado del arco parlamentario, el líder de Agrupación Nacional, Jordan Bardella, también ha cargado con dureza contra el nuevo ejecutivo y ha anunciado que los diputados de su formación presentarán una moción de censura "inmediata". En un tuit, Bardella ha calificado el gabinete encabezado por Lecornu de "gobierno sin futuro" y ha considerado que su renovación representa "una broma de mal gusto, una vergüenza democrática y una humillación para los franceses". Para el líder de extrema derecha, la decisión de Macron confirma que está "más aislado y desconectado que nunca".

Con este panorama de división y presión creciente, la clave para una eventual moción de censura contra el nuevo gobierno podría recaer en el Partido Socialista. Pese a los rumores que apuntaban a un posible acuerdo para no derrocar al ejecutivo, el secretario general de los socialistas, Pierre Jouvet, ha desmentido categóricamente cualquier entendimiento con Lecornu. "No tenemos absolutamente ningún acuerdo con el primer ministro sobre la no-censura", ha asegurado, añadiendo que el partido tampoco ha obtenido "ninguna garantía" sobre sus demandas. Jouvet ha calificado de "desinformación total" las noticias que sugerían un pacto con el Elíseo para evitar que prosperara una moción de censura.