Incidentes en Jerusalén después de la muerte de Shireen Abu Akleh. Miembros de las fuerzas de seguridad israelíes han irrumpido este viernes el desfile fúnebre que llevaba el cuerpo de la reportera de En el Jazeera muerta de un tiro en la cabeza el miércoles mientras informaba sobre una redada del ejército de Israel en la Cisjordania ocupada. El cuerpo de la veterana periodista Shireen Abu Akleh, de 51 años, ha salido en un ataúd del Hospital San José en torno a las 14 h (hora local), en la parte este de la ciudad, para empezar la marcha de duelo hasta la iglesia greco-católica melkita de la Ciudad Vieja y después en el cementerio, con la presencia de miles de personas. En un momento, la policía israelí ha cargado fuertemente con porras contra los asistentes que querían llevar el ataúd en los hombros, que iba envuelto en una bandera palestina. Este símbolo está prohibido por las autoridades de Israel, las cuales controlan la parte este de Jerusalén desde que la anexionaron en 1980.

Funeral con violencia

El cuerpo de Akleh ha podido llegar poco después a la puerta de Jaffa en la Ciudad Vieja de Jerusalén en una furgoneta, y posteriormente la han trasladado a la iglesia donde está teniendo lugar la misa, con centenares de asistentes y un fuerte dispositivo de seguridad desplegado por toda la ciudad. La policía también ha cargado contra varios asistentes que han mostrado banderas palestinas. Según Al Jazeera, cuatro personas han sido detenidas hoy por hoy en el marco de los disturbios. Por su parte, la Media Luna Roja ha informado de que ha atendido a una decena de heridos. Por último, el ejército israelí ha comunicado que el sargento Nom Raz ha muerto hoy en los enfrentamientos con palestinos en Yenín, en la Cisjordania ocupada, en medio de un "operativo contraterrorista".

La muerte de Akleh

La muerte de Akleh, periodista con 25 años de experiencia, murió esta semana de un tiro en la cabeza en medio de una operación del ejército israelí. Su medio, la Autoridad Nacional Palestina y la Liga Árabe culpan a Israel de su asesinato. Por el contrario, el primer ministro israelí, Naftali Bennett, no dudó al atribuir la muerte de Akleh a una bala de las milicias israelíes de que se enfrentaban con las fuerzas armadas israelíes. Pero finalmente, Israel ha tenido que matizar su versión tras la investigación inicial dirigida por el ejército, en la cual han concluido que "no es posible determinar inequívocamente el origen del tiro", aunque mantienen dos posibilidades: que fueran palestinos armados, "que dispararon centenares de balas desde varios sitios"; o un soldado israelí que devolvía fuego a un miliciano palestino cerca de la periodista. Israel insiste que para poder determinar qué pasó, es necesario un "examen balístico profesional" de la bala que mató a la reportera, algo que está en manos de la Autoridad Nacional Palestina, la cual se encargó de realizar la autopsia y ha prometido una investigación "exhaustiva y transparente" sobre los hechos. En el funeral de Estado que el ANP organizó en Ramallah, el presidente palestino, Mahmud Abbas, volvió a responsabilizar en Israel de la muerte de la periodista y prometió llevar el caso ante la Corte Penal Internacional.