Medidas drásticas para desmarcarse de la UE. El primer ministro británico, Boris Johnson, se plantea llevar a cabo una consulta para reincorporar las unidades de medida imperiales al Reino Unido, como la libra, la onza, la pinta, las yardas o las millas. Así lo indican este domingo medios locales recogidos por Efe, que señalan que el líder tory hará el anuncio el viernes que viene, aprovechando las celebraciones por los 70 años de reinado de Isabel II, el Jubileo de Platino, en un intento para eliminar los trazos de las regulaciones comunitarias europeas tras el Brexit. Si bien algunos perciben esta iniciativa como un intento para camelar a los votantes partidarios Brexit de las circunscripciones tradicionalmente laboristas, otros lo tildan de pérdida de tiempo y el retorno a un sistema poco práctico. Todo ello en un momento en que el ejecutivo de Johnson todavía no se ha recuperado de una retahíla de escándalos mediáticos, tensiones irresueltas en Irlanda del Norte por el tratado del Brexit, un coste de la vida sin precedentes, y unos comicios municipales en los cuales el Partido Conservador se estrelló.

Las medidas

Actualmente, los comerciantes están legalmente obligados a utilizar las unidades métricas, es decir, los gramos, kilogramos o kilos, cuando venden productos empaquetados o al peso en Inglaterra, Escocia y Gales. Por ejemplo, con el sistema métrico empleamos mil gramos -o un kilo-, según el sistema imperial tendríamos catorce libras en 1 'stone', y dieciséis onzas en cada libra. El canal británico Sky News recuerda hoy que en un documento oficial fechado el septiembre pasado, la Oficina del Gabinete prometió "revisar el veto de la Unión Europea sobre las ventas en unidades imperiales y legislar cuando sea adecuado". Las unidades para medir y pesar de la UE se introdujeron en el Reino Unido en el 2000, cuando por ley se obligó a los comerciantes a usar unidades métricas para poder vender al peso. Aunque sigue siendo legal fijar el precio de los productos según su peso en libras y onzas, como pasa con la leche, su equivalencia en gramos y kilogramos también tiene que figurar obligatoriamente en el embalaje. La consulta que Johnson previsiblemente anunciará podría cambiar estas estipulaciones, y permitir a los comerciantes que puedan escoger como fijar los precios en transacción con productos frescos.

"Tontería" o "libertad"

La medida afronta críticas incluso de algunos diputados conservadores, como Alicia Kearns, que tildó la iniciativa de "tontería". Kearns, diputada por Rutland y Melton, y una de la veintena de tories que ya ha admitido públicamente haber perdido la confianza en Johnson a raíz del escándalo sobre las fiestas de su gabinete en plena pandemia, el 'partygate', afirmó en un tuit que "eso no es una libertad derivada del Brexit. Eso es una tontería". Para otros, como el ministro para Irlanda del Norte, Brandon Lewis, eso "proporciona libertad a los ciudadanos y negocios". "Me consta que hay sectores (...) que se alegrarán de volver a estas medidas imperiales", ha indicado Lewis en el canal Sky News. "Es una de las pequeñas cosas que podemos hacer después de haber dejado la UE, hay otras cosas más importantes que podemos hacer y queremos hacer, pero esta es una indicación que ahora tenemos la libertad para tomar estas decisiones nosotros mismos", ha afirmado.