El servicio de inteligencia militar del Reino Unido eleva ahora a 300 el número de bajas entre las filas del ejército ruso a raíz del ataque a una base cerca de Makiivka (Ucrania) la noche del Fin de Año. El incidente ha provocado una lluvia de críticas contra el mando militar de Rusia y el régimen de Vladímir Putin, y que, según los británicos, deja en evidencia la propagación de mentiras por parte de la Defensa rusa, que ha ido cambiando de versión sobre los hechos de aquella noche y qué es lo que falló.

300 bajas en el ataque de Makiivka

En su informe diario sobre la guerra de Ucrania, la inteligencia británica indica que, de las 300 bajas estimadas, "la mayoría probablemente fueron muertos o desaparecidos, en lugar de heridos." Para Londres, el hecho de que desde Moscú se dignaran a comentar el ataque es significativo en sí mismo, aunque solo llegaron a reconocer 89 bajas. "Los funcionarios rusos probablemente evaluaron que no era viable evitar hablar ante las críticas generalizadas de los comandantes rusos sobre el incidente", indica el informe de la Defensa británica. También es revelador el hecho de que la diferencia en el número de bajas que ellos han calculado y los que ha dado Moscú sea tan grande: "Destaca la presencia generalizada de desinformación en los anuncios públicos rusos". En este sentido, añaden que la propagación de desinformación por parte de los trabajadores y representantes públicos "suele producirse a través de una combinación de mentiras deliberadas autorizadas por altos líderes, y la comunicación de informes inexactos por parte de funcionarios más jóvenes, deseosos de restar importancia a sus defectos". Al fin y al cabo, aseguran a los británicos, forma parte de la "cultura rusa" de "culpar a los otros para que los despidan".

Críticas contra el gobierno ruso

Por primera vez, políticos rusos se han expresado en contra de cómo el presidente ruso, Vladímir Putin, conduce la guerra de Ucrania. Lo que ha activado las alarmas ha sido el fiasco de que el ejército ruso sufrió la noche de Fin de Año, cuando el ejército ucraniano atacó un cuartel situado en una escuela de Makiivka, en el Donetsk ocupado, donde habría muerto 400 personas y herido unas 300 más, todos ellas soldados rusos. El senador y exviceministro de Asuntos Exteriores Grigory Karasin ha pedido públicamente abrir una investigación interna para determinar qué falló. Y el diputado Sergei Mironov ha acusado a los oficiales de ser responsables del desastre por haber ordenado que los soldados se alojaran en un edificio sin protección suficiente. Otros han especulado que los habían guardado armamento en el sótano, hecho que contribuyó gravemente a la magnitud de la explosión.