El ministerio de Defensa ruso ha culpado este miércoles a los soldados de base, del fiasco en la base militar de Makiivka, en la Donetsk ocupada por Rusia, la noche del 31 de diciembre, porque usaron el móvil para felicitar el Año Nuevo a sus familias. A consecuencia de eso, el ejército ucraniano los habría localizado y causó la muerte de unos 400 efectivos, que el gobierno ruso rebaja a 89. "Es evidente que la razón principal fue encender y utilizar los móviles de forma masiva y al alcance de las armas del enemigo, contraviniendo la prohibición que existe [al respecto]", ha señalado el teniente general Sergei Sevryukov sin aportar más detalles. "Este factor permitió al enemigo localizar y determinar las coordenadas de la situación del personal militar para un ataque con misiles", ha añadido.

Sevriukov ha indicado que cuatro misiles HIMARS impactaron contra el edificio donde había los militares rusos, y dos proyectiles más usados en el ataque "fueron interceptados". El ataque se produjo en torno a la medianoche. El gobierno ruso ha anunciado que tomará medidas "para evitar sucesos trágicos parecidos en el futuro" y ha dicho que castigará a los culpables. La versión de Rusia, sin embargo, contrasta con los informes de la inteligencia británica, que hablan de un error a la hora de almacenar explosivos.

En su informe diario sobre la guerra de Ucrania, los británicos creen que "existe una posibilidad realista de que la munición se almacenara cerca del alojamiento de las tropas, que detonó durante el ataque creando explosiones secundarias". Es decir, que el ataque resultó más mortífero por un error de planificación en la base militar, y por lo tanto no sería culpa de los soldados sino de los mandos. "El ejército ruso tiene una historia de almacenaje de munición poco segura desde mucho antes de la actual guerra, pero este incidente destaca como las prácticas no profesionales contribuyen a la alta tasa de bajas de Rusia", indican los británicos.

Malestar con Putin

Mientras tanto, por primera vez, políticos rusos se han expresado en contra de cómo el presidente ruso, Vladímir Putin, conduce la guerra de Ucrania. Lo que ha activado las alarmas ha sido el fiasco que el ejército ruso sufrió la noche de Fin de Año en el Donetsk ocupado, donde habrían muerto 400 personas y herido unas 300 más, todos ellas soldados rusos. El senador y exviceministro de Asuntos Exteriores Grigory Karasin ha pedido públicamente abrir una investigación interna para determinar qué falló. Y el diputado Sergei Mironov ha acusado a los oficiales de ser responsables del desastre por haber ordenado que los soldados se alojaran en un edificio sin protección suficiente.