Por primera vez políticos rusos se han expresado en contra de cómo el presidente ruso, Vladímir Putin, conduce la guerra de Ucrania. Lo que ha activado las alarmas ha sido el fiasco que el ejército ruso sufrió en la noche de Fin de Año, cuando el ejército ucraniano atacó el cuartel de Makiivka, en el Donetsk ocupado, donde habría muerto a 400 personas y herido a unas 300 más, todos ellas soldados rusos. El senador y exviceministro de Asuntos Exteriores Grigory Karasin ha pedido públicamente abrir una investigación interna para determinar qué falló. Y el diputado Sergei Mironov ha acusado a los oficiales de ser responsables del desastre por haber ordenado que los soldados se alojaran en un edificio sin protección suficiente.

Tal como informa el Institute for the a Study of War (ISW) este martes, después del ataque sobre la base rusa el Kremlin habría intentado trasladar las culpas, a pesar de que sin mucho éxito, al mando militar de la autoproclamada República Popular de Donetsk, por supuestamente haber permitido que los soldados utilizaran sus teléfonos móviles y haber escogido aquel edificio como base. Pero los influencers militares rusos presentes en las redes sociales, sobre todo los partidarios de los mercenarios del Grupo Wagner, no se habrían tragado esta excusa y lo habrían tildado de "mentira". Otros sospechan que las tropas guardaban armas y munición en el sótano del edificio, lo que habría contribuido a hacer que la explosión fuera todavía más mortífera. "La incapacidad de Putin para abordar las críticas y enmendar los defectos de la campaña militar rusa puede socavar su credibilidad como líder de guerra práctico", indican desde el ISW.

El presidente de Rusia está recibiendo críticas abiertas por parte de la población, sobre todo los afectados directamente por la guerra en Ucrania. El líder ruso ha sido incapaz de dar explicaciones por el ataque de precisión sobre la base rusa. Por otra parte, también ha recibido críticas en las redes sociales por como apareció 'desconectado' de la realidad en su discurso de Fin de Año, en el que aseguran que se rodeó de actores vestidos de soldados y donde se le vio debilitado.

Algunos influencers militares rusos lo habrían criticado por no desplazarse hasta el frente a apoyar a las tropas, y por supuestamente utilizar a actores en vez de soldados de verdad. Otra vez, esta sospecha contrasta con su deseo de aparecer como un hombre de guerra involucrado directamente en la invasión, aunque sigue la misma línea de no exponerse en público de las últimas semanas. Además, también sorprende que en el discurso se le viera tosiendo varias veces, aunque aparentemente las imágenes estuvieran editadas, proyectando una imagen de humanidad y vulnerabilidad nada usual para Putin.