El huracán Melissa ya está en Jamaica. Después de horas de amenaza y un cielo cada vez más denso y violento, el temido ciclón de categoría 5 ha tocado tierra este martes en la costa sur de la isla, cerca de la parroquia de St. Elizabeth, con vientos sostenidos de hasta 295 kilómetros por hora y ráfagas aún más potentes. Es la tormenta más fuerte que golpea Jamaica desde que existen registros —hace más de 170 años— y los expertos advierten que su impacto será “catastrófico”. Las imágenes de Kingston y Montego Bay muestran tejados arrancados, árboles astillados y zonas residenciales completamente inundadas, mientras los servicios de emergencia intentan mantener la comunicación con las zonas más castigadas.

El Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos (NHC) ha confirmado que el centro del ciclón avanza lentamente hacia el noreste y atraviesa la isla en diagonal, con previsión de salir por la costa norte, en la zona de St. Ann, en las próximas horas. Su paso, sin embargo, está dejando un rastro devastador: fallos eléctricos masivos, carreteras cortadas y desprendimientos de tierra en las zonas montañosas. Las autoridades jamaicanas han informado de la muerte de tres personas incluso antes de que el huracán tocase tierra, dos de ellas mientras intentaban talar árboles para evitar daños y una tercera electrocutada. En total, Melissa se ha cobrado al menos siete vidas en el Caribe, con víctimas también en Haití y la República Dominicana.

El gobierno jamaicano se muestra muy pesimista

El primer ministro, Andrew Holness, ha pedido calma y ha reconocido que “ninguna infraestructura puede resistir una categoría cinco”. El gobierno había activado más de 800 refugios y evacuado a miles de familias de la costa sur, especialmente en las zonas más expuestas a la marejada ciclónica, donde se esperan olas de hasta cuatro metros. “La pregunta ahora es la velocidad de recuperación, este es nuestro reto real”, ha dicho Holness. La Cruz Roja calcula que cerca de, que ya ha descargado precipitaciones acumuladas de más de seis metros en algunas áreas y ha dejado varios hospitales sin suministro eléctrico estable.1,5 millones de personas en Jamaica sufrirán directamente los efectos de Melissa.

Desde Ginebra, la meteoróloga de la Organización Meteorológica Mundial, Anne-Claire Fontan, ha calificado el huracán como “la tormenta del siglo para Jamaica”. Las autoridades internacionales alertan de que el lento desplazamiento de Melissa agrava los riesgos de inundaciones repentinas y desprendimientos, especialmente en las zonas de pendiente, y podría dejar daños estructurales “de magnitud histórica”. La ONU ha anunciado una ayuda inicial de cuatro millones de dólares destinada a Cuba, que será el próximo territorio en sentir el impacto directo del ciclón. Las bandas exteriores de Melissa ya afectan al este de la isla, donde se han evacuado a más de 600.000 personas y se han desconectado varias centrales térmicas como medida preventiva.

Uno de los más poderosos de la historia

Melissa es ahora mismo el ciclón más poderoso de 2025 y uno de los diez más intensos de los que se tiene constancia en el Atlántico. Con vientos que rozan los 300 kilómetros por hora, ya ha superado la mayoría de registros recientes y solo queda por debajo del legendario huracán Allen, de 1980. Los especialistas recuerdan que su fuerza se debe al calor acumulado en el Caribe, una tendencia que la comunidad científica vincula con el calentamiento global.

Mientras la oscuridad cubre Jamaica y el ruido del viento se impone a cualquier otra cosa, la prioridad es la supervivencia. Las autoridades piden a los ciudadanos que no salgan de los refugios y que eviten cualquier intento de desplazarse. Las comunicaciones son intermitentes y las primeras estimaciones apuntan a daños “masivos” en infraestructuras, cultivos y redes eléctricas. La mirada ahora apunta hacia Cuba, donde Melissa continuará su trayectoria devastadora en las próximas horas, antes de dirigirse hacia las Bahamas. Jamaica, mientras tanto, afronta el peor desastre natural del siglo.