Israel ya ha reaccionado a la aprobación este lunes en el Consejo de Seguridad de la ONU de una llamada al alto el fuego en Gaza. El ministro israelí de Defensa, Yoav Gallant, ha dicho este lunes durante una visita oficial en Washington que Israel no tiene el derecho moral a detener la guerra en la Franja de Gaza y ha remarcado que combatirán a Hamás "en todas partes". Este es el objetivo del gobierno israelí después de la masacre que los terroristas de Hamás perpetraron el 7 de octubre de 2023 en un ataque sin precedentes contra Israel.

"No tenemos ningún derecho moral a detener la guerra mientras todavía haya rehenes retenidos en Gaza", ha afirmado en declaraciones distribuidas por el Ministerio de Defensa de Israel. Estas declaraciones han sido distribuidas pocos minutos después de que los medios de comunicación empezaran a informar sobre el inusual acuerdo alcanzado en la ONU. "Operaremos contra Hamás en todas partes, incluso en lugares donde todavía no hemos estado", ha agregado el ministro israelí, refiriéndose sin mencionarlo al enclave de Rafah, donde se refugian más de un millón de personas. La comunidad internacional presiona a Israel desde hace semanas para evitar una ofensiva terrestre en Rafah, algo que se considera que podría derivar en un desastre humanitario. La Franja de Gaza vive una situación muy compleja y sus ciudadanos tienen muchas dificultades para acceder a alimentos. Israel bloquea la entrada terrestre de ayuda humanitaria y los lanzamientos de esta ayuda desde el aire no es la mejor solución, porque dificulta la distribución.

Una visita que se tiñe de polémica

Gallant ha dicho que sus declaraciones sobre el deber moral de continuar la guerra es el mensaje que trasladará al asesor de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Jack Sullivan, con el que tenía previsto reunirse este lunes en la capital estadounidense. También tiene previsto reunirse con el secretario de Estado, Antony Blinken. El Ministerio de Defensa de Israel distribuyó estas declaraciones después de que el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas aprobase por primera vez una resolución que pide un alto el fuego en la Franja de Gaza. Su aprobación, después de cuatro intentos fallidos en los últimos meses, fue posible por la abstención de Estados Unidos.

Como consecuencia de esta decisión del Gobierno de Joe Biden, el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, canceló la visita a Washington de dos de sus principales asesores. Los asesores debían viajar a EE.UU. a petición de la Casa Blanca para escuchar las propuestas estadounidenses para ampliar la ayuda humanitaria en Gaza y alternativas a una operación terrestre en Rafah, uno de los principales puntos de fricción entre Washington e Israel.