Rusia ya no tiene tropas en el Alto Karabaj. El pasado 18 de abril, los soldados que estaban destinados en la zona para asegurar la paz desde el final de la guerra en el 2020, han abandonado la zona. El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, informó sobre la retirada de las tropas, aunque no dio más detalles. Por otra parte, el jefe de Política Exterior de la Administración presidencial de Azerbaiyán, Hikmet Hajiyev, confirmó la retirada. Concretamente, Hajiyev no dijo por qué se retiraban las fuerzas, pero su presencia parecía superflua después de que Azerbaiyán recuperara el control total de la región el año pasado. Las tareas de los soldados rusos incluían garantizar el libre paso por la única carretera que conecta el Alto Karabaj con Armenia.

Ahora, Stepanakert se ha convertido en una ciudad fantasma. Durante treinta años ha sido la capital del Alto Karabaj, pero el Alto Karabaj dejó de existir el 1 de enero. El último presidente de la región, Samvel Shakhramanian, así lo decretó en un comunicado a finales de septiembre del año pasado. La mayoría de los habitantes de la autoproclamada república del Alto Karabaj vivían en la ciudad. Aproximadamente unas 100.000 personas. Casi todos huyeron a Armenia después de la ofensiva relámpago de Azerbaiyán. Durante el exilio hicieron frente a una explosión de gas, unas colas imposibles y atascos de tráfico que duraron días. Ilham Aliyev, el presidente de Azerbaiyán, pronunció días después un discurso de victoria y se burló de los exdirigentes. Para Azerbaiyán, Stepanakert es conocida como Khankendi, y el presidente izó la bandera cuando confirmó que Stepanakert pasaba a ser Khankendi de nuevo.

Armenia mira hacia Occidente

En este contexto, después de que los soldados rusos que tenían que garantizar el paso del corredor no hicieran nada cuando los soldados de Azerbaiyán cortaron el paso. Armenia ha dado el paso definitivo. El primer ministro de Armenia, Nikol Pashinyan, ha invertido esperanzas y esfuerzos en alianzas para defenderse de Azerbaiyán, pero no ha buscado esta ayuda a Rusia, sino que lo ha hecho en Occidente. Es un cambio significativo porque, hasta ahora, acostumbraba a tener armas de Rusia. De hecho, un 98% provenían de allí, señala el The Guardian. De las exrepúblicas soviéticas, Armenia era seguramente la más pro-Moscú.

Pashinyan llegó al poder al 2018. Ante conflictos intratables, inicialmente no buscó romper la asociación de seguridad con Rusia. Sin salida al mar y con dos de sus cuatro fronteras –con Turquía y Azerbaiyán– cerradas, Pashinyan difícilmente podía negarse a Moscú. Pero ha habido un cambio de planes. Una serie de derrotas traumáticas en manos de Azerbaiyán, mejor entrenado y mejor armado, en el 2020 y en el 2022, seguidas de la expulsión de más de 100.000 armenios del enclave del Alto Karabaj en septiembre del 2023, han cambiado los planes. Rusia se ha visto agobiada por la guerra en Ucrania, y no ha protegido Armenia. Eso ha provocado que la población sintiera ira y traición. Y también que las relaciones entre Armenia y Rusia quedaran rotas.

Armenia está comprando ahora armas a la India y Francia, tal como destaca el The Guardian, y el 5 de abril la UE y los Estados Unidos se comprometieron a proporcionar en Armenia 270 millones de euros y 65 millones de dólares respectivamente (61 millones de euros). Esta nueva alianza tiene como objetivo dejar atrás la dependencia rusa.