Durante el terremoto de magnitud 8,8 que este miércoles ha sacudido la península de Kamchatka, en el extremo oriental de Rusia, una escena insólita ha tenido lugar en un quirófano del centro de oncología de la región. Mientras el suelo temblaba con una fuerza inusitada y saltaban las alarmas de tsunami por todo el Pacífico —desde Japón hasta Hawai—, un equipo médico ha decidido no interrumpir una intervención quirúrgica en curso. Según ha confirmado el Ministerio de Salud ruso, los cirujanos han resistido durante más de un minuto las fuertes sacudidas y, literalmente, han sostenido al paciente para evitar cualquier complicación. No han abandonado la sala de operaciones en ningún momento, a pesar del peligro y el movimiento violento que los rodeaba. El estado del paciente, además, es estable. El episodio, difundido por el canal Baza en Telegram, ha impactado en las redes sociales rusas, que han destacado la sangre fría y el compromiso del equipo médico en medio de una emergencia que ha obligado a evacuar a más de dos millones de personas solo en Japón.

El seísmo, que inicialmente se había catalogado como terremoto de magnitud 7,7, se ha producido hacia las 8:25 de la mañana, hora rusa, y ha obligado al gobierno ruso a decretar el estado de emergencia en el norte de las islas Kurils. "Se ha declarado una amenaza de tsunami y se está aclarando qué fuerza tienen las olas", ha informado el gobernador de Kamchatka, Vladímir Solodov. En medio de esta situación extrema, mientras las autoridades activaban los protocolos de alerta y la población se apresuraba a buscar refugio, los médicos del centro de oncología han continuado su trabajo imperturbables, manteniendo la estabilidad del paciente y sin abandonar el quirófano. Un gesto que ha estado calificado de "heroico" por el mismo gobernador, que ha anunciado que los profesionales sanitarios serán reconocidos y condecorados públicamente por su actitud ejemplar. El anuncio se ha hecho durante la reunión de emergencia convocada en Kamchatkajusto después del seísmo.

Los efectos del terremoto han sido notables en la costa sudeste de la península de Kamchatka, donde los servicios de emergencia rusos han registrado olas de entre tres y cuatro metros de altura. Se trata del seísmo más potente a la región desde 1952 y el octavo más fuerte registrado en el mundo. El impacto más directo se ha producido en la isla de Paramushir, en el norte del archipiélago de las Kurils, donde cuatro grandes olas han llegado hasta tierra firme, provocando inundaciones que han dañado infraestructuras portuarias en la localidad de Sévero-Kurilsk. A pesar de la virulencia del fenómeno, las autoridades locales han informado de que no se han producido víctimas, y que cerca de 2.700 personas han sido evacuadas preventivamente. Horas después, un nuevo seísmo de magnitud 6,2 ha sacudido la región. Este segundo temblor se ha producido hacia las 21:56 hora local, con el epicentro situado a una profundidad de 69 kilómetros y a casi 200 kilómetros en el este de Petropavlovsk-Kamchatski. A pesar de la réplica, el Ministerio de Emergencias ha decidido desactivar la alerta de tsunami, después de valorar que ya no había riesgo inmediato para la población.