El presidente ruso, Vladímir Putin, ha viajado esta semana fuera de las fronteras rusas por primera vez desde que empezó la guerra con Ucrania. El destino ha sorprendido. El presidente ha escogido Tayikistán. El Kremlin dijo en un comunicado previo al viaje que las conversaciones con el presidente del país, Emomali Rahmon, se centrarían en la alianza estratégica entre Moscú y Dusambé y la situación en Afganistán. No había más detalles. El asesor de Putin en materia de exteriores, Yury Ushakov, había dicho previamente que intentaría defender que Tayikistán se uniera al bloque comercial de la Unión Económica Eurasiática, liderada por Moscú. A pesar de que eso, no es del todo nuevo. Según RFE/RL en Tayikistán, también podría tratarse de temas más delicados. El locutor de programa habría dicho que Putin y Rahmon se encontrarían individualmente para hablar de temas delicados. Estos puntos incluirían hablar de la situación interna del país y la posible asistencia de Dusambé a Moscú para evitar el impacto total de las sanciones occidentales, la necesidad de que Rahmon acepte el gobierno talibán y la delicada cuestión de sucesión. Todo forma parte de una estrategia del líder ruso, que a pesar de poder intuirse, se hace difícil de afirmar. Ha sido una reunión con extrañas coincidencias, como la celebración de la de cumbre de la OTAN en Madrid, donde Rusia ha dejado de ser un socio estratégico para pasar a ser una amenaza. No se de extrañar, pues, que el Kremlin busque explorar nuevas vías. Todo forma parte de una estrategia del líder ruso, que a pesar de poder intuirse, se hace difícil de afirmar.

¿Un ídolo de masas en Rusia?

Putin es celebrado como alguien a quien los rusos tienen que admirar y uno de los mejores gobernantes que ha tenido el país. Cualquier lugar donde vayas de Moscú, hay fotos de él. Los quioscos venden pósteres y los programas de la televisión sacan noticias y hechos relacionados con él de manera constante, mientras excluyen a los otros políticos. Ningún otro líder político ruso ha conseguido concentrar tanta atención de los medios. Así lo explica Robert Service en su libro Kremlin Winter. El autor constata entre las páginas de su libro que la administración rusa dedica mucho tiempo y energía a la tarea de dar una visión que anime y excite a los rusos. Entienden la prioridad de persuadir a los rusos que con Putin al frente, habrá mejor vida. En aquel momento, muchos ciudadanos rusos lo pasaban mal por los cambios que vivían después del fin del comunismo. En este sentido, Putin y Boris Yeltsin, antes que él, se empeñaban en decir que un futuro brillante les esperaba.

Además, resalta que Putin insiste en verbalizar el mensaje que los rusos han escogido la democracia pudiendo seguir otros caminos. También les dice que ya no tienen que pedir disculpas por nada. Y destaca que hay elementos que vienen de fuera que conspiran para producir una imagen de Rusia que no se corresponde con la realidad. Además, hay un consenso social bastante extenso que apuesta para respetar los valores tradicionales y por lo tanto, también las familias tradicionales. De hecho, el líder ruso siempre se ha mantenido muy silencioso sobre su propio matrimonio y posterior divorcio. Precisamente, para reforzar estos valores tradicionales, esta semana Putin ha firmado un decreto en virtud del cual establece el 8 de julio como el Día de la Familia, el Amor y la Fidelidad. "Con el fin de preservar los valores familiares tradicionales y la educación espiritual y moral de los niños y jóvenes, decido instituir el Día de la Familia, el Amor y la Fidelidad, y celebrarlo el 8 de julio", recoge el decreto.

Vladímir Putin no lleva bien la disolución de la URSS

Como Putin, muchos rusos no han digerido bien la derrota de la URSS y todo lo que eso comporta. Ahora cruzan la frontera y entran en Ucrania o Uzbekistán, resalta el mismo Service entre sus páginas. Países como Estonia o el Kazakstan son tan 'extranjeros' como Francia o Grecia. El Reino Unido o Francia tenían colonias, pero el Imperio Ruso se extendía a través de los países vecinos. Pero con el colapso de la URSS y la independencia de todos estos países, Rusia cayó en una profunda crisis económica. Los rusos que no se pudieron beneficiar de algunos privilegios cayeron en la miseria y la pobreza más absoluta. Y entonces llegó Putin. Putin no se aguantaría sin apoyos y los tiene. Las encuestas dicen que más de un 60% de los rusos aprueba la "operación militar especial" en Ucrania. Si bien es cierto que después de un periodo caótico de Borís Yeltsin (1991-1999) Putin aprovechó el auge del petróleo para hacer inyecciones monetarias a algunos sectores como la educación o salud, se hace difícil entender los apoyos incondicionales que el presidente de Rusia tiene.

"Es cierto que las encuestas rusas indican de manera constante que disfruta de altos índices de aprobación y que estos índices han aumentado después de la anexión de Crimea y nuevamente después del inicio de la guerra en Ucrania. Pero también es cierto que Putin y sus aliados han construido un sistema político para eliminar cualquier oposición real". Así se explicaba el director del Centro Havighurst de Estudios Rusos y Postsoviéticos de la Universidad de Miami, Stephen Norris, en una entrevista en ElNacional.cat, que también destacaba otro hecho importante por sustentar este sistema. "Se han dedicado a enfatizar como fueron de miserables los 90 para la mayoría de rusos. Así que el apoyo a Putin en muchos sentidos es el resultado de esfuerzos: sin alternativas viables y constantes recordatorios del caos de la década de 1990 y la mayoría tiende a aprobar en Putin".

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El presidente ruso, Vladímir Putin, en un encuentro en el Tayikistán / Efe

La propaganda rusa: ¿cómo funciona?

La propaganda rusa ha quedado patente que es algo importante para mantenerse en el poder. Y en este sentido, Putin y sus asesores han sido hábiles. "Uno de los primeros objetivos propagandísticos de Rusia es que precisamente los objetivos de la guerra no estén claros", explicaba Miguel Vázquez Liñan, experto en propaganda rusa y Coordinador en el Grupo de investigación en Memoria Histórica y Comunicación y profesor de la Universidad de Sevilla. "Al principio se hablaba de desarmar y desnazificar. Son ambiguos. Cualquier pequeña consecución puede ser interpretada como se ha cumplido un objetivo. La propaganda era no aclarar los objetivos, por eso estamos a la expectativa porque no sabemos qué quería exactamente. En otra conversación también con ElNacional.cat destacaba que "la propaganda de guerra tiene como finalidad principal justificar la guerra. Hacer ver que una guerra es justa desde el punto de vista ético y jurídico. Los dos bandos, en una guerra, se acusan de estar incumpliendo el derecho internacional". En este sentido, el experto constataba que "Putin justifica la guerra con una exageración de una cosa que tiene de fondo algo comprensible: una potencia asediada en sus fronteras porque la OTAN está cada vez más cerca. Llega un momento, que dice, daremos un puñetazo sobre la mesa". ¿Sin embargo, por qué se habla de nazis? En este sentido, juega con la memoria histórica porque la Segunda Guerra Mundial siempre ha tenido un papel muy importante en Rusia.

¿Por qué Putin todavía se mantiene en el poder?

La propaganda ayuda, sin embargo, no lo es todo. Cuando Putin fue nombrado presidente en 1999, la constitución de Rusia limitó al presidente a dos mandatos consecutivos. Por eso, después de que acabó su segundo mandato en el 2008, ejerció como primer ministro antes de volver a ser presidente en el 2012. No obstante, en enero del 2020 Putin redactó una enmienda constitucional que le permitiría seguir siendo presidente por dos mandatos más. Se incluyó en un paquete de enmiendas que fue aprobado por la legislatura rusa y, en julio del 2020, por los votantes rusos en un referéndum nacional, recuerda Britannica. En este contexto, durante dos décadas, Putin ha consolidado su gobierno y ha proyectado en el pueblo ruso una imagen de Rusia como potencia mundial. Según destaca este mismo portal, también convirtió a Rusia de un estado democrático naciente en uno autocrático, amplió la influencia de Rusia en el Oriente Medio, fortaleció las relaciones rusas con China y mostró una voluntad de usar la fuerza para alcanzar sus objetivos, como en su anexión de Crimea en el 2014 y su gran invasión a gran escala de Ucrania en el 2022.

Los elogios y el autobombo funcionan, pero también el hecho de silenciar voces críticas y occidentales. Así, tal como recuerda la misma web, el 27 de febrero de 2015, al líder opositor Boris Nemtsov fue asesinado a tiros cerca del Kremlin, pocos días después de que se pronunciara en contra de la intervención rusa en Ucrania. Nemtsov fue el último crítico de Putin a ser asesinado o morir en circunstancias sospechosas. En enero de 2016, una investigación pública británica implicó oficialmente a Putin en el asesinato en el 2006 del exoficial del Servicio Federal de Seguridad (FSB; el sucesor de la KGB) Alexander Litvinenko. Litvinenko, que se había pronunciado en contra de los vínculos del gobierno ruso con el crimen organizado tanto antes como después de su deserción en el Reino Unido, fue envenenado con polonio-210 mientras bebía té en el bar de un hotel de Londres. Gran Bretaña ordenó la extradición de los dos hombres acusados de llevar a cabo el asesinato, pero los dos negaron su participación y uno... Andrey Lugovoy, desde entonces había sido elegido miembro de la Duma y disfrutaba de inmunidad parlamentaria ante enjuiciamiento.

Aleksey Navalny, un activista de la oposición a que había conseguido prominencia por primera vez como líder del movimiento de protesta del 2011, fue encarcelado repetidamente por lo cual sus partidarios caracterizaron como cargos de motivación política. Navalny acabó segundo en la carrera para la alcaldía de Moscú en el 2013, pero su Partido del Progreso fue excluido de las elecciones posteriores por motivos de procedimiento. Ahora está detenido en Rusia. El 2 de febrero del 2021 fue condenado a tres años y medio de prisión por violar los términos de una sentencia por fraude del 2014 y la libertad condicional impuesta. Además, el 20 de agosto del 2020 fue hospitalizado inconsciente en estado grave, ingresado en la UCI en el hospital de Omsk en Siberia. Su portavoz denunció que "ha sido envenenado, intoxicado". Finalmente, después de varias peticiones, consiguieron trasladarlo a Alemania, para poder continuar su tratamiento.

¿Qué pasará a partir de ahora?

En este sentido pues, no hay una sola explicación sino que es más bien un engranaje entero. Lo que está claro, en este sentido, es que Putin se ha conseguido poner dentro de la cabeza de muchos rusos, aunque hay que se han mostrado contrarios y luchan por intentar revertir la situación. Sin ir más lejos, la guerra ha provocado tensiones en los institutos o despidos del trabajo para tener una posición contraria a la del Kremlin. La maquinaria funcionaaunque también hay entidades que intentan buscar resquicios y aportar una visión más crítica a la sociedad, como la organización International Memorial. Habrá que ver si Putin podrá conseguir mantenerse más tiempo en la mente de los rusos o si, por el contrario, la sociedad encuentra la manera de desconectarse de los tentáculos de la administración.

 

Imagen principal: el presidente ruso, Vladímir Putin, durante una reunión telemática / Efe