Amnistía Internacional ha señalado directamente a la empresa vasca Construcciones y Auxiliar de Ferrocarriles (CAF) en un informe en que denuncia la complicidad de empresas e instituciones internacionales en las violaciones de derechos humanos cometidos por Israel contra la población palestina, acciones que una comisión de investigación de la ONU ya ha calificado de genocidio. El documento, titulado Confrontar la economía política global que facilita el genocidio, la ocupación y el apartheid de Israel, advierte que estados, universidades y grandes corporaciones se han convertido en actores clave en el mantenimiento de la ofensiva israelí mediante "un suministro interminable de armas y equipos de vigilancia" y unas relaciones comerciales privilegiadas. "Mantener 23 meses de bombardeos incesantes y un genocidio en curso ha requerido la complicidad de empresas dispuestas a ignorar lo indefendible", ha denunciado la secretaria general de la organización, Agnès Callamard, que alerta contra "la adicción letal a los beneficios económicos cueste lo que cueste". En su mensaje, Amnistía insta a romper inmediatamente esta "economía política que sustenta los crímenes internacionales de Israel", y recuerda que mientras "las madres palestinas de Gaza tienen que ver cómo sus hijos se consumen de inanición bajo el genocidio israelí, empresas armamentísticas y otros siguen recogiendo beneficios millonarios".

El informe de Amnistía Internacional identifica 15 empresas clave que, según la organización, contribuyen a la ocupación ilegal, al genocidio y a otros crímenes de derecho internacional cometidos por Israel. En la lista figura la compañía española CAF, junto con gigantes de la industria militar y tecnológica como las estadounidenses Boeing, Palantir Technologies y Lockheed Martin; las israelíes Elbit Systems, Rafael Advanced Defense Systems, Israel Aerospace Industries (IAI), Corsight y la empresa estatal de aguas Mekorot; la china Hikvision y el conglomerado surcoreano HD Hyundai. Según Amnistía, "estas 15 empresas son solo una pequeña muestra de un sistema mucho más amplio", y recalca que "todos los sectores económicos, la mayoría de Estados y numerosas entidades privadas han contribuido directamente o se han beneficiado de la brutal ocupación del Territorio Palestino Ocupado y del genocidio en curso en Gaza".

El caso de CAF ocupa un lugar destacado en el informe. La empresa vasca da apoyo al proyecto del tren ligero de Jerusalén, una infraestructura que, según Amnistía, facilita la expansión de los asentamientos israelíes y contribuye a la anexión de Jerusalén Este, considerada ilegal por el derecho internacional. "CAF no puede seguir mirando hacia otro lado ni incumplir las recomendaciones internacionales. Hace años que recordamos a la empresa que el tren ligero mantiene y consolida los asentamientos ilegales", alerta Esteban Beltrán, director de Amnistía Internacional en España, que exige a la compañía vasca que abandone este proyecto y cualquiera otra licitación promovida por el gobierno israelí en territorio palestino ocupado. CAF ya había sido mencionada en julio por la relatora especial de Naciones Unidas, Francesca Albanese, en un informe que la situaba entre las empresas que se enriquecen con la ocupación ilegal israelí.

Más allá de CAF, el informe de Amnistía señala a otras grandes corporaciones internacionales. Boeing habría suministrado bombas y sistemas de guiaje utilizados en ataques aéreos ilegales en Gaza que provocaron decenas de víctimas civiles, incluidos niños. Lockheed Martin suministra y mantiene aviones F-16 y F-35 que constituyen el eje central de los bombardeos israelíes. Las empresas armamentísticas israelíes Elbit Systems, Rafael Advanced Defense Systems e IAI proporcionan drones, munición y sistemas de seguridad por valor de miles de millones de dólares anuales, mientras que Hikvision y Corsight proveen tecnología de vigilancia y reconocimiento facial utilizada "en su sistema de apartheid contra la población palestina". Al mismo tiempo, Palantir colabora con servicios de inteligencia israelíes en operaciones militares en Gaza; Mekorot es acusada de discriminar la población palestina en beneficio de los asentamientos y HD Hyundai produce, mantiene y presta servicios de maquinaria pesada utilizada en demoliciones ilegales.

Años de abusos documentados

En su informe, Amnistía Internacional recuerda que hace años que documenta los abusos cometidos con la complicidad de varias empresas y que, de las quince señaladas en el último informe, solo cinco han respondido a sus preguntas en 2025. La organización alerta que este miércoles expira el plazo de doce meses fijado por la Asamblea General de la ONU para que Israel se retire de la Franja de Gaza, pero el gobierno de Benjamin Netanyahu "sigue sometiendo a la población palestina al hambre y a ataques mortales diarios". "La mayoría de los Estados miembros no han hecho casi nada para presionar a Israel para que cumpla la resolución. Tienen que poner fin a su inercia y suspender inmediatamente todas las actividades que contribuyan a estas violaciones, o serán cómplices", ha advertido Callamard, que acusa a gobiernos y empresas de sostener la ofensiva israelí contra el pueblo palestino.

En sus conclusiones, Amnistía reclama a los Estados que prohíban inmediatamente el suministro de armas, equipos y servicios militares a Israel, así como de tecnología de vigilancia, inteligencia artificial e infraestructura en la nube que den apoyo a operaciones militares o de control. La organización exige también poner fin al comercio y a la inversión con empresas que, desde cualquier parte del mundo, "estén contribuyendo al genocidio, al apartheid o la ocupación ilegal israelí". Entre estas, señala tanto las recogidas en el informe de la relatora especial de la ONU sobre Gaza como las que figuran en la base de datos de Naciones Unidas de empresas vinculadas a los asentamientos ilegales. La española CAF se encuentra dentro de este grupo de empresas, a quien Amnistía acusa de ser parte activa en las políticas de colonización y violaciones del derecho internacional perpetradas por Israel.