La coalición de la derecha ha mostrado todo su músculo este jueves en un acto político inédito en la recta final de las elecciones de Italia 2022. Unos comicios en los cuales, según apuntan todos los sondeos del país, se impondría el bloque de las derechas formado por los Hermanos de Italia, de Giorgia Meloni, la Liga, de Matteo Salvini, y Fuerza Italia, de Silvio Berlusconi. Precisamente, los tres teóricos candidatos a formar gobierno se han reunido en un mitin conjunto en la capital italiana. Con una legislatura, el partido de la ultraderechista Giorgia Meloni ha pasado de ser residual a tener a tocar la presidencia del gobierno italiano. Ante este hecho, era patente la euforia entre los concentrados en la Piazza del Popolo, que se manifestaban con lemas como 'Es tiempo de patria'.

Elecciones de Italia 2022: quién es quién de los principales candidatos

Con una hora de retraso, han salido al escenario la neofascista Meloni, acompañada de sus socios de coalición, el exministro xenófobo Matteo Salvini y un Silvio Berlusconi, de 86 años, a quien se le ha visto con problemas para andar. "Construiremos un gobierno sólido, cohesionado, con un fuerte mandato popular que durará cinco años. Le guste o no a la izquierda", ha exclamado la que se podría convertir en la primera mujer presidenta en la historia de Italia. Su partido fue el único que no formó parte del gobierno saliente de Mario Draghi y ha sido capaz de aglutinar el descontento general de la población por la pandemia, la guerra y la inflación.

Coalición en la derecha; en la izquierda, no

El bloque de la derecha sumaria el 45% de los votos, según las últimas encuestas, y obtendría más del 60% de los escaños en el Parlamento italiano. Estas cifras son gracias al nuevo sistema electoral Rosatellum que favorece las grandes coaliciones. Unas alianzas que la derecha sí que ha sabido forjar, mientras que la izquierda no. "Nos hemos unido para representar y defender la Italia de la familia y de las empresas", ha manifestado Berlusconi. Por su parte, Matteo Salvini ha bramado que él quiere gobernar "una Italia que sea respetada, que vaya por el mundo con la cabeza alta y que no tenga que aceptar lecciones de los otros".

En una plaza poblada por banderas de los Hermanos de Italia, superiores en número en las del resto de partidos aliados, Meloni ha conseguido así aplausos y cánticos de ánimo. A su lado, la escuchaban atentos los aliados. Los dos han cerrado filas con Meloni a lo largo de la campaña electoral. "Estamos aquí porque tenemos un gran futuro que haremos juntos", ha dicho Berlusconi, que ha defendido su alianza con Salvini y Meloni como única solución para tomar el poder. "Esta es una plaza común y unida. Gobernaremos juntos por cinco años", ha afirmado Salvini.

Alejarse del fascismo

El partido Hermanos de Italia tiene sus raíces en el postfascismo y Bruselas ve con preocupación su extremismo. Por este motivo, tanto su líder como las bases del partido, se empeñan en repetir una vez y otra que son un partido conservador homologable al de los otros países europeos. "Europa puede estar tranquila con nosotros. Es la izquierda que se inventa un supuesto monstruo, pero este no existe", señalan las Juventudes del partido de extrema derecha. En este escenario, Silvio Berlusconi juega un papel clave. Sabe que su partido ahora es el socio minoritario del bloque, el menos relevante para sacar votos, pero que es el esencial para blanquear el grupo y dar un toque de europeísmo y de responsabilidad.