En vísperas de celebrar su 90.º cumpleaños, el dalái lama ha afirmado este sábado que espera vivir más de 130 años, en una ceremonia de Oración para la Larga Vida (Tenshug) en el Templo Principal Tibetano de Dharamshala, en la India, donde tiene su residencia la Administración Central Tibetana en el exilio. Ante centenares de seguidores y representantes religiosos, el líder espiritual ha asegurado que, hasta ahora, cree "haber servido bastante bien al Buda Dharma y al pueblo tibetano", y que confía en poder seguir haciéndolo durante décadas: "Espero vivir 30 o 40 años más, incluso más allá de los 130", ha proclamado. El acto, cargado de simbolismo y espiritualidad, ha sido recogido por el portal de noticias tibetanas Phayul, que destaca también otras palabras del lama: "Hoy tenemos aquí dioses, representantes de dioses y seres humanos reunidos bajo las condiciones que favorecen mi larga vida y ofrecen sus sinceras oraciones".

Durante la ceremonia, el dalái lama también ha hecho memoria de algunos momentos clave de su vida, como su encuentro con Mao Zedong, el líder de la Revolución China, que llegó a calificar la religión como un "veneno". También ha recordado su reunión con el primer ministro indio Jawaharlal Nehru, con quien mantuvo profundas discrepancias ideológicas. Sin embargo, el líder espiritual ha remarcado que sigue sintiendo "compasión por todos ellos". "La gente tiene diferentes disposiciones mentales e intereses y tenemos que buscar formas de conseguir la felicidad y reducir el sufrimiento", ha afirmado el líder espiritual, añadiendo que este objetivo se puede alcanzar tanto a través de la religión como por otras vías.

Un joven Dalai Lama se saluda con Mao Zedong / Wikipedia
Un joven dalái lama se saluda con Mao Zedong / Wikipedia

En un momento especialmente emotivo de la ceremonia, el dalái lama ha hecho referencia al karma colectivo del pueblo tibetano y a su inalterable devoción hacia Avalokiteshvara, el Buda de la Compasión. A pesar de vivir en el exilio desde hace décadas, ha subrayado que "estamos separados de nuestra tierra, pero muy adentro de mi corazón nunca he vacilado en mi fe". El acto ha contado con la presencia de varios miembros del gobierno tibetano en el exilio, así como de representantes políticos de la India, entre los cuales destacaban al ministro de Tecnología del estado de Arunachal Pradesh, Pema Jandu; el ministro federal de Asuntos Parlamentarios, Kiren Rijiju, y el diputado Tapir Gao.

Sucesión a debate

El debate sobre la sucesión del dalái lama ha vuelto a coger fuerza después de que el líder espiritual tibetano confirmara la semana pasada que habrá un sucesor después de su muerte, descartando así la opción que la institución pusiera punto final con él. La elección del nuevo dalái lama, una figura clave dentro del budismo tibetano con seis siglos de historia, ha sido tradicionalmente basada en un complejo ritual que incluye la identificación de señales espirituales. Aunque ha insinuado que su reencarnación podría aparecer en la India, este proceso se ha convertido en motivo de tensión con China, que aspira a controlar la designación del futuro líder espiritual. El dalái lama vive exiliado en la India desde 1959, después de huir del Tíbet a raíz de un alzamiento fallido contra el dominio chino. Pekín, que no reconoce el gobierno tibetano en el exilio, lo acusa de separatismo, un extremo que él rechaza en defensa de la autonomía cultural y religiosa de la región.