Los científicos que luchan contra la amenaza creciente de las bacterias resistentes a los antibióticos —conocidas como superbacterias— están ganando confianza en una posible solución innovadora y poco convencional: las "píldoras de excremento". Estos fármacos experimentales podrían no solo eliminar bacterias resistentes, sino también tener aplicaciones prometedoras en la recuperación de enfermedades como el cáncer y la depresión, tal como recoge el portal The Week.
Las píldoras de excremento contienen muestras de excremento liofilizado provenientes de donantes sanos, previamente analizadas y seleccionadas. Estas muestras son ricas en bacterias beneficiosas para la microbiota intestinal. Cuando una persona que ha sido colonizada por bacterias resistentes toma estas píldoras, las bacterias "buenas" desplazan los "malos" del intestino, ayudando a restablecer el equilibrio y reduciendo el riesgo de que estos patógenos se propaguen por el organismo causando infecciones difíciles de tratar.
Un estudio reciente y de pequeña escala, publicado en el Journal of Infection, ha mostrado señales "muy prometedoras". Según el doctor Blair Merrick, del Hospital Guy's and St Thomas, las píldoras podrían eliminar completamente las bacterias resistentes o reducirlas hasta niveles inofensivos. Aunque la idea pueda parecer extraña, la práctica de los trasplantes fecales ya es aprobada en el Reino Unido para tratar infecciones recurrentes por Clostridium difficile, una bacteria resistente que puede causar diarreas graves. Estos trasplantes a menudo se hacen por vía de enemas, colonoscopias o sondas nasogástricas, pero las píldoras representan una opción más cómoda.
La resistencia a los antibióticos es un problema de salud pública
La resistencia a los antibióticos es un problema de salud pública de alcance mundial. Los superbugs más conocidos incluyen MRSA, VRE, Clostridium difficile y las bacterias que causan tuberculosis multi-resistente. Estas cepas bacterianas han surgido por el uso abusivo e indebido de los antibióticos a lo largo de los años. Según el estudio Global Research on Antimicrobial Resistance Project, publicado en The Lancet, la resistencia a los antibióticos ha provocado al menos un millón de muertos desde 1990, y se prevé que cause más de 39 millones hasta 2050.
Sally Davies, exdirectora médica de Inglaterra, declaró en The Guardian que la situación es tan grave que ya se considera una pandemia silenciosa. Además, un informe de la Oficina Nacional de Auditoría del Reino Unido de este año advierte de que el país todavía está lejos de conseguir sus objetivos para contener y mitigar esta crisis.
¿Uso contra el cáncer y la depresión?
Más allá de los superbugs, los investigadores también están explorando otros usos para las píldoras de excremento. Un ejemplo destacado es el cáncer. Varios estudios examinan si modificar la microbiota intestinal puede hacer que los tumores sean más sensibles a los tratamientos actuales. En Canadá ha empezado un ensayo clínico de dos años con pacientes de cáncer de páncreas para evaluar los efectos.
También en Canadá, en la Universidad de Calgary, se prueba si estas píldoras pueden ayudar a tratar trastornos de salud mental como la depresión o el trastorno obsesivo-compulsivo, basándose en la conexión entre el intestino y el cerebro.
A pesar de las esperanzas, algunos estudios recientes, como uno publicado en Cell, alertan de que los trasplantes fecales pueden alterar el metabolismo hepático y el sistema inmunitario de manera imprevista. Por eso, los científicos piden prudencia a la hora de desarrollar nuevos tratamientos basados en esta técnica.