Tercer día de intercambio de prisioneros entre Rusia y Ucrania en el marco del acuerdo de Estambul. Un total de 606 prisioneros de guerra, 303 de cada bando, han vuelto a su país de origen este domingo en una operación que ha supuesto la culminación de lo pactado en las primeras negociaciones directas entre Moscú y Kíiv en los últimos tres años. De esta manera, el intercambio de "1.000 por 1.000" ha acabado después de una primera fase ejecutada el viernes que involucró a 780 prisioneros, una segunda el sábado con 614 y una tercera en que han quedado libres 606. "De conformidad con los acuerdos ruso-ucranianos conseguidos en Estambul, del 23 al 25 de mayo las partes rusa y ucraniana han realizado un intercambio según la fórmula de 1.000 por 1.000 personas", ha anunciado el Ministerio de Defensa ruso.

El presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, ha confirmado poco después la culminación del intercambio mediante su cuenta de la red social X. "Hoy vuelven a casa los guerreros de nuestras Fuerzas Armadas, de la Guardia Nacional, del Servicio Estatal de Guardia de Fronteras y del Servicio Estatal de Transporte Especial", ha declarado antes de agradecer su esfuerzo "al equipo que trabajó incansablemente para llevar a cabo con éxito este intercambio". En su mensaje, Zelenski ha asegurado "que rescataremos a todos nuestros compatriotas del cautiverio ruso".

La operación de este domingo ha puesto punto final al mayor intercambio de prisioneros entre Moscú y Kíiv desde la invasión rusa de Ucrania en febrero del 2022. La semana pasada, en Estambul, las dos partes llevaron a cabo los primeros contactos directos desde hacía tres años y el acuerdo para el intercambio de 2.000 prisioneros fue el éxito mayor alcanzado por los representantes de ambas partes. A pesar de las expectativas de encuentros de alto nivel, el presidente ruso, Vladímir Putin, declinó participar y su homólogo ucraniano tampoco asistió. En sustitución de los dirigentes eslavos, la delegación rusa estuvo encabezada por Vladímir Medinski, asesor principal en el Kremlin, y la ucraniana por el ministro de Defensa, Rustem Umérov.

Ataques día sí día también

El intercambio se ha producido en una jornada en que al menos doce personas han perdido la vida, incluidos tres niños, y decenas han resultado heridas en varias regiones de Ucrania al sufrir una nueva oleada masiva de ataques aéreos rusos. Zelenski, ha afirmado que el Kremlin ha lanzado 70 misiles y ha enviado alrededor de 300 drones. El mandatario ha aseverado que se trata de un "ataque deliberado" contra zonas civiles, habiendo resultado afectados edificios residenciales, oficinas y una residencia universitaria.

En este sentido, Zelenski ha pedido que los actores internacionales, especialmente Estados Unidos y los países europeos, aumenten la presión contra Rusia. "Sin una presión realmente fuerte sobre las autoridades rusas, esta brutalidad no se puede detener", ha manifestado el presidente en un mensaje en su cuenta de Telegram, en qué ha aludido a la necesidad de "determinación" ante Moscú. "El mundo conoce todas las debilidades de la economía rusa. La guerra se puede detener, pero solo mediante la fuerza necesaria de presión sobre Rusia. Hay que obligar Putin a pensar no en lanzar misiles, sino en poner fin a la guerra", ha dicho. "Cada ataque terrorista ruso de este tipo es una razón suficiente para nuevas sanciones contra Rusia", ya que "está alargando esta guerra y sigue matando cada día".