La Asamblea General de la ONU es el principal órgano representativo de la Organización de las Naciones Unidas. Está integrada por todos los 193 Estados miembros, cada uno con un voto igual, y funciona como un foro para el debate multilateral sobre una amplia serie de cuestiones internacionales, especialmente sobre paz, seguridad, cooperación política, derechos humanos y desarrollo. A lo largo de la historia, se han celebrado 80 periodos de sesiones de la Asamblea General de la ONU. La primera se convocó el 10 de enero de 1946 en Londres, y desde entonces se ha celebrado de manera anual, con sesiones ordinarias que suelen empezar en septiembre y extenderse hasta diciembre, y pueden continuar si es necesario. La actual sesión ordinaria, que empezó el 23 de septiembre y se extenderá hasta el día 29, ya pasará a la historia por el discurso de Donald Trump, con ataques a la ONU, el cambio climático (al cual describió como "la estafa mayor del mundo"), Europa y una autocomplacencia desafiadora que superó por mucho el tiempo reglamentario de su alocución. La intervención incendiaria, ofensiva y provocadora ya forma parte de los discursos más polémicos y recordados que se han celebrado hasta el momento, que ahora repasamos, desde los más nuevos a los más antiguos.
Donald Trump (2017). El mismo Trump protagonizó uno de estos discursos de alto voltaje hace ocho años, el 19 de septiembre del 2017, en su primera intervención como presidente de los Estados Unidos ante la ONU por cargar contra el programa nuclear de Corea del Norte. Trump hizo gala de su lenguaje duro, ofensivo y alejado del protocolo y el tono institucional que suelen utilizar los jefes de Estado, y amenazó con "aniquilar totalmente" a Corea del Norte. "Ninguna nación en la Tierra tiene el interés de ver que esta banda de criminales se arme con dispositivos nucleares y misiles. Estados Unidos tiene fuerza y paciencia, pero si se ve obligado a defenderse o a defender a sus aliados, no habrá otra opción que la total destrucción de Corea del Norte", dijo el presidente, quien se refirió a su homólogo coreano Kim Jong-un como "el hombre cohete". Un Trump que amenazó con destruir otro país ante la ONU y que actualmente se jacta de haber acabado con siete guerras y se propone por el Premio Nobel de la Paz.
Mahmoud Ahmadijejad (2010). El sexto presidente de Irán (ocupó el cargo del 2005 en el 2013) ofreció un discurso delante la Asamblea General de la ONU el 23 de septiembre del 2010 calificado de conspirativo y acusatorio, especialmente sobre los ataques del 11 de septiembre de 2001 en los Estados Unidos. Ahmadinejad expresó escepticismo sobre la versión oficial de estos atentados, calificándolos de "misteriosos" y solicitando la formación de un comité investigador independiente para aclarar la verdad detrás del 11-S. Durante su intervención, acusó el gobierno de los Estados Unidos de estar detrás de los ataques terroristas, lo cual generó la protesta inmediata y la retirada de 33 delegaciones, incluyendo a la estadounidense, israelí y varias europeas, lideradas por Francia. Además, Ahmadinejad culpó en Washington de fomentar el colonialismo mundial, dar apoyo a dictaduras en América Latina y utilizar armas nucleares contra civiles indefensos. Criticó también en Israel, calificándolo como un gobierno "sionista" y una amenaza regional.
Muamar Gadafi (2009). El presidente de Libia gobernó el país durante 42 años, desde que llegó al poder en 1969 después de un golpe de Estado y fue capturado y asesinado durante la guerra civil en el 2011. El 23 de septiembre de 2009 pronunció un discurso histórico y muy polémico en la 64.ª Asamblea General de la ONU, en el que cuestionó fuertemente la legitimidad y funcionamiento del organismo, especialmente el papel del Consejo de Seguridad, al cual calificó de "feudalismo de seguridad" y "Consejo del terror" a causa del poder de veto de cinco países que dominan la organización, y equiparó en Al-Qaeda. En un discurso que duró 100 minutos, Gadafi desarrolló una larga lista de reclamos y acusó a los Estados Unidos de haber desarrollado la llamada gripe porcina y puso en duda la versión oficial sobre la autoría del asesinato del presidente John F. Kennedy.
Hugo Chávez (2006). La intervención del presidente de Venezuela el 20 de septiembre del 2006 es una de las más recordadas por haber nombrado al presidente norteamericano George W. Bush "el diablo", y afirmó: "ayer estuvo el diablo aquí, en este mismo lugar, huele a azufre todavía, en esta mesa, donde me ha tocado hablar", mientras hacía la señal de la cruz. Su discurso fue una crítica contundente a la política exterior estadounidense, denunciando un esquema de dominación, explotación y saqueo de pueblos que, según él, ponía en riesgo la supervivencia de la humanidad. También abogó por una reforma profunda de las Naciones Unidas para enfrentar los problemas reales del mundo, cuestionando la efectividad y legitimidad del sistema internacional vigente. Chávez recomendó la lectura del libro del intelectual norteamericano Noam Chomsky Hegemonia o supervivencia, y después de su recomendación, el libro se puso como número 1 de los más vendidos en Amazon.
Idi Amín en (1975). El presidente ugandés pronunció un discurso el 1 de octubre de 1975 en lo que se negó a hablar en inglés, idioma que dominaba perfectamente, para considerarlo un idioma colonialista y cedió la palabra a su representante permanente ante de la ONU, quien leyó su discurso en inglés. Además, hizo críticas duras y acusaciones contra organismos como Amnistía Internacional, a la cual acusó de calumniar en un centenar de países soberanos y de interferir en los asuntos internos de las naciones, mostrando una postura desafiadora y contraria a las críticas internacionales sobre su régimen, de lo que se estima que fue responsable de la muerte y desaparición de más de 300.000 personas.
Yasser Arafat (1974). El presidente de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) fue invitado a comparecer delante de la Asamblea General de la ONU por solicitud del Movimiento de Países No Alineados. Arafat pronunció un discurso el 13 de noviembre de 1974 que estuvo cargado de simbolismo porque llegó con una rama de olivo y un revólver, representando la dualidad entre la paz y la lucha armada por Palestina. "He traído una rama de olivo en una mano y el arma de un luchador por la libertad en la otra. No dejen que caiga de mi mano el ramo de olivo", dijo Arafat, que en su discurso defendió a la OLP al calificar sus acciones como parte de una lucha armada y pidió establecer un Estado nacional independiente para los palestinos. Su presencia en la ONU causó indignación en Israel y otros países a causa de las acciones violentas cometidas por miembros de la OLP, como el asesinato y secuestro de atletas israelíes en los Juegos Olímpicos de Múnich en 1972.
Nikita Khrushchev (1960). El incidente de Nikita Khrushchev en la Asamblea General de la ONU el 12 de octubre de 1960 es uno de los momentos más icónicos de confrontación directa en la historia diplomática. No le tocaba a él intervenir, pero su reacción fue la que pasó a la historia. Durante un acalorado debate, el primer ministro soviético perdió la paciencia cuando el representante filipino Lorenzo Sumulong criticó la falta de libertad en Europa del Este, y en respuesta golpeó repetidamente con su puño la mesa. Posteriormente, cogió uno de sus zapatos y la blandió en el aire haciendo ruido al dejarla caer sobre la mesa, lo cual generó una gran sorpresa y desconcierto en la sala. La famosa imagen de Khrushchev golpeando la mesa con su zapato es ampliamente difundida, aunque varios historiadores y testigos señalan que no llegó a golpear la mesa con el zapato, sino que solo lo agitó como símbolo de amenaza.
Fidel Castro (1969). El discurso del presidente cubano Fidel Castro el 26 de septiembre de 1960, apenas 19 meses después del triunfo de la Revolución cubana, pasó a la historia para ser el más largo de cuántos se han pronunciado sobre la tribuna de la ONU, con una duración récord de 4 horas y 29 minutos y forma parte del Libro Guinness de los Récords. Fidel, con su uniforme verde militar, habló desde las 2.57 de la tarde hasta cerca de las 7.30 de la noche, siendo interrumpido unas 30 veces por aplausos. En su discurso defendió la soberanía y autodeterminación de los pueblos, criticó duramente los países imperialistas y sus políticas de explotación, y cuestionó las causas de la guerra, señalando que el despojo económico es la raíz de los conflictos. Denunció el colonialismo, las desigualdades y las guerras de agresión impulsadas por monopolios y potencias dominantes.