Italia impondrá restricciones a los no vacunados contra la covid-19 para acceder a bares, restaurantes, cines o conciertos. El gobierno italiano ha anunciado que a partir del 6 de agosto será obligatorio para acceder al ocio un "pasaporte verde" que demuestre al menos la primera dosis de la vacuna, haber superado el virus o tener una prueba negativa en las últimos 48 horas.

El Consejo de Ministros también ha aprobado un decreto en el que además se amplía el estado de emergencia durante cinco meses más, es decir, hasta el 31 de diciembre en medio del repunte de contagios que está viviendo toda Europa. El estado de emergencia es una herramienta que utiliza el gobierno italiano indispensable para seguir aplicando medidas como la de los tres niveles de riesgo de las regiones.

El pasaporte para varias actividades

El texto especifica que el pasaporte verde será obligatorio para estar bajo el techo de los locales como cines, bares, teatros, museos, estadios o conciertos. Sólo no será necesario para consumir en la barra o en las terraces. El certificado verde es aquel que demuestra tener la vacunación, haber pasado el enfermedad o una prueba negativa a través de una PCR.

Tampoco se pedirá el pasaporte verde para acceder al transporte público. La aprobación de este decreto tiene que pasar por el Parlamento italiano y los más reacios en aprobarlo es el partido de ultraderecha La Lega Norte de Matteo Salvini. Draghi le ha dicho a Salvini que llamar a no vacunarse es llamar "a morir". El objetivo de estas medidas es fomentar la vacunación.

Draghi se une a Macron

De esta manera, el gobierno de Mario Draghi sigue los pasos del presidente francés, Emmanuel Macron, que ha aplicado medidas similares para fomentar la vacunación al país.

Francia también hará pagar las PCR a partir del otoño, a no ser que sean prescritas por un médico. Hasta ahora, la Seguridad Social reembolsaba a los franceses las pruebas de covid-19. Macron ha justificado la medida para "fomentar la vacunación en lugar de multiplicar las pruebas".

 

Imagen principal: El primer ministro italiano Mario Draghi / Efe