ÚLTIMA HORA | Sigue el minuto a minuto del conflicto Rusia - Ucrania
Los corredores humanitarios pactados para evacuar mujeres y menores de edad no han sido respetados por el presidente ruso Vladímir Putin. Por una parte, por los ataques indiscriminados a la población civil que han comportado la muerte de familias enteras que huían con su maleta en los horarios establecidos para llevar a cabo estas evacuaciones. De la otra, el peligro que comportan cuando se trata de corredores que tienen como destino final Rusia y, especialmente, Bielorrusia.

ElNacional.cat ha podido hablar con un hombre ucraniano, David, que ha preferido guardar su anonimato por el miedo a ser identificado. David vivía, antes del estallido de la guerra, en una zona residencial en el norte de Kyiv, junto con su mujer y sus dos hijas menores, de 6 y 13 años respectivamente. Es abogado y trabajaba para una multinacional que operaba con España. En el momento en que fue llamado por el gobierno ucraniano, tuvo que trasladarse al frente del operativo militar y abandonar su familia. Esta, sin embargo, se refugió en el subterráneo de la casa junto con otros vecinos de la zona residencial. David explica que hace una semana consiguió un permiso para poder volver a su casa y, después de superar múltiples controles, se encontró con toda su casa destrozada y prácticamente no quedaba nadie. Tampoco su mujer y las dos niñas.

El caso de David

David denuncia que un vecino pudo ver cómo soldados rusos se las llevaban hacia Bielorrusia por la fuerza y denuncia su desaparición, bajo el pretexto de un corredor humanitario impuesto por Putin que nadie conoce cuál es el desenlace final que les espera a todas las personas que son reclutadas. Por otra parte, también explica que su caso no es lo único pero muchos hombres deciden callar y no denunciarlo por el miedo a que a todas estas mujeres, hijos e hijas se le pueda hacer daño. Hay que recordar que estos corredores han sido totalmente impuestos y el mismo presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, ha rechazado la oferta rusa que llegó antes de una tercera ronda de conversaciones de paz. El presidente francés, Emmanuel Macron, acusó a su homólogo ruso, Vladímir Putin, de "cinismo moral y político" y de hipocresía por haber hecho promesas de proteger a los civiles para que solo pudieran huir a Rusia y a Bielorrússia. "No conozco a muchos ucranianos que quieran ir a Rusia", dijo, y añadió que se necesitaban un alto el fuego total para proteger a los civiles, no pasillos.

 

Dos corredores oscuros

Precisamente, la misma Agencia para los Refugiados de la ONU, ACNUR, no considera como tal los corredores humanitarios propuestos por el Kremlin y únicamente recoge aquellos desplazados a Polonia con más de 1,5 millones de personas; Eslovaquia con más de 176.000; Hungría con más de 225.000; Rumanía con más de 84.000; y Moldavia con más de 104.000. El resto hasta llegar a los 2,5 millones de personas ya se cuentan en diferentes países de la Unión Europea que no tienen frontera con Ucrania. No obstante, con respecto a los corredores de Putin, se cifra en 105.000 los ucranianos que habrían huido hacia Rusia y sorprende una cifra ínfima y totalmente anómala, los solo 938 que se habrían desplazado, precisamente, hacia Bielorrusia.

ACNUR

Peligro de tráfico de mujeres y menores

Una derivada de los misterios sobre qué final les espera a las mujeres y menores de estos corredores de Putin es el tráfico de humanos. La ONG World Vision ha alertado de que esta nueva crisis de refugiados ha convertido el tráfico de mujeres ucranianas en "una peligrosa realidad alimentada por el conflicto". Eleanor Monbiot, jefa regional de la Oficina Regional de World Vision para el Oriente Próximo y Europa del Este, ha aclarado que los países del este de Europa ya presentaban un "alto riesgo" para las mujeres vulnerables antes que estallara el conflicto. Pero según Monbiot las consecuencias del desplazamiento, la pobreza, la viudedad, la pérdida o separación de seres amados "están creando un número incontable de mujeres vulnerables cada hora". Según un estudio de World Vision en Rumania, país que recoge a un gran número de refugiados ucranianos, el 97% de las niñas rumanas de entre 14 y 19 años ha oído hablar de casos de tráfico de personas y el 53% cree que las mujeres corrían más riesgo. Cuando se les preguntó cómo describirían el tráfico respondieron que a través de la prostitución, el secuestro, la compra o venta, el trabajo forzado y la mendicidad forzada.