El desierto de Garagum, que ocupa el 80% del país, no ha echado atrás la voluntad de crecer o de construir nuevas ciudades en Turkmenistán. El 50% de la población vive en la capital Asjabat o en los alrededores, pero el verano pasado se inauguró una nueva ciudad. Se trata de Arkadag, que ha nacido y se espera que sea una ciudad inteligente, que recibe el nombre en honor al expresidente Gurbanguly Berdymukhamedov. No es la única ciudad, sin embargo, que ha crecido de la nada en Asia Central. Solo unas horas más tarde de la inauguración de esta especial ciudad, el presidente del Kirguizstán, Sadyr Khaparov, colocó una piedra simbólica para los cimientos de Asman, una ciudad cerca del lago Issyk-Kul que, según el gobierno, algún día podría acoger hasta 700.000 personas. Las naciones vecinas, Kazajistán, Tayikistán y Uzbekistán, no se han querido quedar atrás en esta carrera para el progreso y la modernización. Tal como dice la publicación de Eurasianet, estos grandes esfuerzos de construcción de ciudades reflejan una tendencia y una voluntad de demostrar en el mundo –y a sus ciudadanos– que no se quedan atrás. Además, cada vez más personas de estos países están abandonando las zonas rurales para establecerse en ciudades o capitales provinciales donde, teóricamente, tendría que ser más fácil conseguir un trabajo.

Turkmenistán y la ciudad inteligente

En el caso de Turkmenistán, el caso más vivo de urbanización ha sido un ejercicio totalmente vertical. Parece que el entonces presidente Berdymukhamedov tuvo la idea de construir Arkadag por primera vez en el 2018. Ya en octubre de aquel año, estaba inspeccionando un lugar a unos 30 kilómetros de la capital, que algún día sería el lugar de un gran centro urbano. Cinco años y unos cuantos millares de millones de dólares después, la ciudad es ahora una realidad física, aunque vacía. Las autoridades del país están desesperadas para demostrar cómo es de moderno Arkadag. Un sistema de transporte inteligente regulará el flujo del tráfico y los residentes serán monitoreados por videovigilancia generalizada.

Se dice que los bloques de apartamentos y casas de la ciudad están equipados con tecnología doméstica inteligente que permite a los habitantes hacer un seguimiento de la electricidad, el agua y el consumo natural a través de las tabletas. Cuando el actual presidente (e hijo del exlíder), Serdar Berdymukhamadov, visitó una casa modelo el día de la inauguración, le mostraron como incluso los robots aspiradores se podían activar mediante una orden remota. Cuando finalice la segunda fase de construcción, en la que se habrán gastado más de 5.000 millones de dólares, Arkadag abarcará una superficie de más de 1.000 hectáreas, un espacio cinco veces mayor que el principado de Mónaco. Ahora, sin embargo, la ciudad parece poco más que un inquietante pueblo fantasma.

Las pretensiones futuristas del Kirguizstán

En el Kirguizstán, el presidente Sadyr Khaparov tiene nociones igualmente futuristas, aunque confusas. Las autoridades, tal como dice la misma publicación Eurasianet, han dicho que Asman se construirá en una década a un coste de 20.000 millones de dólares, la totalidad de los cuales provendrá de inversores privados. Igual que con Arkadag, la ambición es que Asman tenga instalada hasta la última novedad en tecnologías avances de telecomunicaciones digitales. Para apaciguar a los ecologistas preocupados por la aparición de un nuevo centro de población enorme con vistas a Issyk-Kul, los funcionarios se refieren habitualmente a Asman como una ciudad ecológica. Según el presidente del país, la ciudad conectará el este con el oeste y el norte con el sur. Pero se sabe poca cosa más sobre las actividades económicas.

Los planes del Kazajistán para mover su población

A finales de los 90, Kazajistán creó su capital Astaná –también conocida como Nur-Sultan, después del cambio de nombre–, pero la intención recientemente se ha centrado en reformar la capital provincial de Konaiev. Hasta marzo del 2022 era una ciudad denominada Kapshagay. La idea detrás del desarrollo de Konaiev es aliviar la presión de Almaty, que ha crecido y está creciendo muy rápidamente, y atraer personas cansadas de vivir en zonas rurales. El presidente Kasim-Yomart Tokáev pidió en octubre del año pasado que Konaiev fuera una ciudad inteligente y ecológica, tal como destaca la publicación. La intención es que en el 2050 ya pueda haber capacidad para 200.000 residentes.

Tayikistán no quiere quedarse atrás

Tayikistán también sigue de muy cerca todos los pasos que dan a sus países vecinos. Precisamente por este motivo, el presidente Emomali Rahmon, hizo un ejercicio similar con Danghara, una población rural del país. Y el lector podría preguntarse por qué el presidente tiene la voluntad de potenciar justo este municipio. La respuesta es sencilla y 'práctica'. Además de ser la capital del distrito, también es la ciudad donde nació Rahmon. Por este motivo, la ciudad ha experimentado un crecimiento frenético. Se han construido edificios y oficinas administrativas de grandes dimensiones, tal como destaca el mismo portal. También han ocurrido centros comerciales, fábricas o centros médicos perfectamente equipados.

La obsesión de las ciudades de Uzbekistán

Uzbekistán también va haciendo trabajo para no quedarse atrás. En la mayoría de los pueblos se les añade el sufijo de 'ciudad' y van acompañados de edificios modernos y de gran altura para modernizarse. Con diferencia, quien se beneficia más es la capital, Taskent. La obsesión es tanta que, tal como describe el portal Eurasianet, se habría contratado una empresa de marketing por describir la ciudad como un centro con espacios comerciales, zonas verdes y una amplia oferta comercial y de ocio.