La tensión con Rusia en la frontera con Ucrania se alarga día tras día sin una solución aparente. Esta larga espera para un desenlace está tensando la actividad de gobierno y alianzas, que poco a poco van subiendo el tono de sus declaraciones y sus movimientos. Mientras los Estados Unidos y el Reino Unido han sido las potencias más activas al movilizar o evacuar a su personal de la zona, la Unión Europea ha abogado los últimos días por un punto medio entre la colaboración con la OTAN y la calma para dialogar. Ahora, Josep Borrell, alto reasentando de la UE para Asuntos Exteriores, ha dejado de lado la contención europea y ha declarado: "Europa está en peligro, vivimos el peor momento desde la Guerra Fría".

La nueva posición alarmista de Borrell contrasta duramente con las declaraciones que él va mismo hizo menos de 24 horas antes, donde menospreciaba la rápida evacuación de las embajadas de los Estados Unidos y el Reino Unido. Menos de un día antes el alto representante europeo aseguraba que "no hay que dramatizar" con respecto a la situación en Ucrania. Reprochaba los movimientos diplomáticos de los americanos y aseguraba que los miembros de la Unión no seguirían este camino. Ahora, sin embargo, compara la situación con la Guerra Fría. Según Borrell, Europa ha visto en los dos últimos años "el deterioro más grave de su entorno de seguridad, hasta el punto que estoy convencido de que hoy estamos viviendo el momento más peligroso del periodo post-Guerra Fría".

"Afrontamos el riesgo de un gran conflicto militar en nuestro continente", afirmó, y señaló Rusia y a los al menos 100.000 militares y equipos pesados que ha posicionado en la frontera ucraniana, mientras "hace amenazas abiertas de usar la fuerza a menos que sus demandas se cumplan", según informa Efe. El jefe de la diplomacia comunitaria dejó claro que no se trata de una crisis que solo afecta a Ucrania, sino también la orden de seguridad en Europa, ya que según su opinión Rusia "pretende devolver la página de la historia, parar el reloj y volver a las esferas de seguridad que pertenecen al pasado".

Militares en alerta

La alianza de la OTAN hace días que empieza a reforzar sus posiciones en la zona. El pasado lunes 24 de enero la organización anunció el despliegue de barcos y aviones de combate en el este de Europa. El secretario general de la organización, Jens Stoltenberg, anunció el nuevo movimiento de la alianza a través de un comunicado en el cual aseguraba que "la OTAN seguirá tomando todas las medidas necesarias para proteger y defender a todos los aliados, incluido el refuerzo de la parte oriental de la Alianza. Siempre responderemos a cualquier deterioro de nuestro entorno de seguridad, incluso mediante el fortalecimiento de nuestra defensa colectiva".

Por ahora varios países aliados, entre ellos España, han anunciado el desplazamiento de fuerzas militares adicionales sobre la zona de Ucrania. Según remarca el comunicado, los países que están enviando más apoyo bélico son Dinamarca, España, Francia, los Países Bajos y los Estados Unidos. Estos aviones y barcos se suman a los que la organización ya tiene desplegados en la Europa del Este desde la anexión de Crimea el año 2014. El destino de las fuerzas armadas adicionales que han aportado algunos de los aliados de la OTAN es Bulgaria, Rumania o Lituania.

Sin embargo, hay miembros de la OTAN que han además de colaborar en estos movimientos colectivos, se preparan para su lado, como es el caso de los Estados Unidos. El pasado martes 25 de enero, el gobierno norteamericano anunció que han puesto en "alerta elevada" a 8.500 soldados ante un posible despliegue en el este de Europa. Es una manera del Pentágono para subir el tono contra Moscú, que se ha mostrado impasible las últimas horas. A pesar de esta amenaza velada americana de movilizar más fuerzas militares, el portavoz del Departamento de Defensa de los EE.UU., John Kirby, no ha descartado la vía diplomática: "No las estamos desplegando ahora, no estamos diciendo que la diplomacia ha muerto".