La DO Pla de Bages tiene siglos de historia. Situada en el centro de Catalunya, a una hora de Barcelona y con unas vistas impresionantes a la montaña de Montserrat, actualmente es una DO pequeña, formada por 17 bodegas, pero con mucho potencial. En el siglo XIX era la región con más viñedos de todo el país y, después de la filoxera, también tuvo una rápida recuperación del cultivo. El declive en el trabajo en la viña en el Bages aparece sobre todo en los años 60-70, cuando llega la industria textil. El trabajo en el campo es muy duro y gran parte de la población decide pasar del sector primario al secundario, buscando mejores condiciones laborales y una estabilidad que la tierra a menudo no ofrece.
El Bages trabaja, entre otras, con dos variedades consideradas propias que son pasado, presente y futuro: la picapoll y la mandó. La picapoll es una variedad blanca, de piel dura y gruesa y con grano pequeño, características que la protegen de las adversidades climatológicas. Sus aromas intensos, frescos y profundos la convierten en una variedad muy golosa, muy accesible al público final, que busca vinos fáciles y agradables de beber. Por otro lado, tenemos la mandó, una variedad tinta recuperada que da vinos con mucha personalidad, delicados, con acidez y complejidad aromática. Es otro perfil de vino tinto, más fluido y fresco: un estilo que cada vez pide más el mercado.

Si queréis conocer de primera mano los vinos premiados como mejor sumoll tinto y mejor picapoll blanco por la Guia de Vins de Catalunya, tenéis que visitar Solergibert, con más de 250 años de historia en el Bages
Abadal, de la familia Roqueta, y Oller del Mas son los dos proyectos más conocidos. Por supuesto que os recomendamos que los visitéis y que probéis sus vinos, porque son excepcionales. Sin embargo, hoy queremos descubriros otras propuestas enoturísticas no tan conocidas pero que también son historia de la DO Pla de Bages.
Empecemos por Artium, en Artés. Una cooperativa que se fundó en el 1908 y que la DO reconoce como los salvadores de la picapoll ya que, hace 70 años, embotellaron el primer monovarietal de esta variedad, cuando el resto de viticultores la estaban arrancando para plantar otras más sencillas de trabajar y productivas como la macabeo. Cada fin de semana hacen visitas, donde os podéis adentrar en estos 117 años de historia y degustar 6 vinos y cavas, acompañados de embutidos y quesos de proximidad, que se pueden comprar en su agrotienda. ¡No os podéis perder los siempre animados vermuts del Espacio Gastronómico Artium!
Si queréis conocer de primera mano los vinos premiados como mejor sumoll tinto y mejor picapoll blanco por la Guia de Vins de Catalunya, tenéis que visitar Solergibert, con más de 250 años de historia en el Bages y con la novena y décima generación de la familia al frente en estos momentos. Sus experiencias son íntimas, personalizadas y cercanas, pudiendo disfrutar incluso de un recorrido en 4x4 por dos de los viñedos y probando los vinos que de ahí salen, a un precio más que asequible.
Por último, al pie de la colina del Collbaix, encontramos bodega El Molí. Sus fincas forman parte del Geoparque Mundial de la Catalunya Central, un gran valor natural, geológico y cultural. Si los visitáis, podréis pasear por los viñedos y olivos ecológicos y probar vinos premium acompañados de productos de proximidad. Aprovechad la visita para probar su Vino de Finca Calificada Singular Blanco, ¡macabeo procedente de un viñedo centenario!