A menudo vinculamos los recuerdos más dulces con un aroma o un sabor. Nuestra vida está llena de momentos que almacenamos con cuidado en el hipotálamo para no perderlos nunca. Cuando eso pasa, hay suficiente con un bocado de aquel plato tan especial que nos cocinaba nuestra madre para volver a vivir los momentos más felices de nuestra infancia, adolescencia o juventud. Este poder tiene la gastronomía, capaz de hacernos viajar en el tiempo y reencontrarnos con instantes que creíamos olvidados. Volver al pasado es posible. Yo lo hice hace unos días gracias a la maravillosa propuesta de los chefs de Tendiez, para mí, uno de los mejores restaurantes que da vida y sentido a la gastronomía de Barcelona. Os invito a adentraros en esta experiencia gastronómica conmigo, que estoy segura guardaréis bajo llave entre vuestros recuerdos más preciados.
Nada como la cocina de casa
La gastronomía es mágica: tiene el poder de hacernos viajar, recordar o emocionarnos. También tiene un papel muy importante, es toda una carta de presentación. Si después de un viaje, no tienes buen recuerdo de los platos que has comido, posiblemente no volverás. Cuándo salí después de haber comido en el restaurante del Hotel Sofitel de Barcelona, me pregunté: ¿volverías? Una pregunta muy sencilla a la que respondí con uno sí rotundo. Y sin pensármelo dos veces. Qué gusto hablar así de la cocina de casa, aquella que sentimos tan nuestra y que tanta identidad nos da.
La gastronomía, parte fundamental del espíritu de Barcelona
La carta es coherente con el lugar donde nos encontramos. A través de ella, ponemos en valor la cocina tradicional catalana, pero con el punto canalla que caracteriza la Barceloneta. David Andrés*
En Tendiez tienen muy claro que la gastronomía es una parte fundamental del espíritu de Barcelona y que, como consecuencia, se convierte en una pieza esencial en la experiencia de cualquier persona que la visite. Bajo esta premisa, los chefs David Andrés (con una estrella Michelin) y Jose Sánchez, se han aliado para diseñar un auténtico viaje gastronómico donde la cocina catalana y el art de vivre francés se dan la mano y crean momentos inesperados que regalan nuestros sentidos. Una auténtica experiencia local con inequívocos toques internacionales: la alegría de compartir unas tapas, descubrir lo mejor del mar Mediterráneo y saborear lo que la cocina catalana ofrece en el mundo. Todo eso en un espacio que desborda elegancia e invita a vivir momentos inolvidables.
Tendiez, delicadeza y tradición en el plato
Arroz del Delta del Ebro a la carbonara con falso huevo frito, fricandó de atún rojo, lomo ecológico con boniato trufado y castañas o esqueixada de bacalao con judías de Santa Pau. Estas son algunas de las propuestas del chef catalán David Andrés*. Una excepcional carta basada en la delicadeza y tradición. Su amor y respeto por el producto local se plasma en cada detalle del plato, que te transporta a cada rincón de Barcelona sin moverte en el espacio. Un truco de magia a la altura de un equipo que lo da todo para que te sientas como en casa. Lo más probable es que esta experiencia gastronómica despierte tus sentidos y viaje hasta el hipotálamo, aquel que se encarga de almacenar con cuidado nuestros recuerdos más preciados. Desde hace unos días, Tendiez tiene un pequeño pero valioso espacio en mi memoria. Y a partir de ahora, también quiero que lo tenga en la vuestra.