A raíz del éxito de su local en el barrio Gótico de Barcelona, los propietarios del restaurante BAR MONO abrieron hace unas semanas un segundo local. Esta vez en Sant Cugat del Vallès, junto al monasterio, con la misma fórmula del gastrobar y bajo la batuta del chef ejecutivo Francesc Fernández. Platos de raíz mediterránea y multicultural con una óptima calidad y una serie de sugerencias en relación con el producto de temporada. Lo mejor, sin embargo, es dejarse guiar por el atlas y descubrir el bocado característico de diferentes partes del mundo con el toque de autor de la cocina de Fernández.
1. Canelón de aguacate, atún rojo y mango
Estamos ante la reinterpretación de uno de los clásicos de El Bulli en tiempos de Ferran Adrià, adoptado también por Albert Adrià en el Tickets Bar. Un plato excelente que combina la consistencia del pescado azul con la melosidad del aguacate, el picante del cebollino y la mostaza, el amargo del jengibre y la lima y el crujiente del sésamo caramelizado. Tal es el éxito de este plato, incluida la versión del BAR MONO, que son miles las reproducciones de vídeos de YouTube donde se explica la receta. Creedme, mejor ir y probar esta delicia que requiere maestría para equilibrar sabores y texturas.
2. Tartar de salmón y tostaditas de pan Carasau
Aunque para muchos el pescado crudo es sinónimo de Asia, son muchas las islas mediterráneas que lo sirven hace años, siempre macerado durante horas. Es el caso de Cerdeña, de donde procede también el pan Carasau, hecho de harina y cereales, y de lo más crujiente a la par que delicado, de aquí que se le conozca como "papel de músico", dado que, al ser tan fino, se supone que se podría leer una partitura a través de él. Nacido como pan para acompañar a los pastores durante la trashumancia en la isla de Cerdeña, suele servirse para acompañar aperitivos a todo el Norte de Italia. ¿El riesgo? Si lo compramos de bolsa y no lo comemos al momento, se ablanda y pierde todo su carácter. En el BAR MONO es casero y sigue la receta tradicional. Una delicia para degustar el sabor intenso de un salmón que se deshace en la boca.
3. Fingers de pollo y mayonesa de Chipotle
Estamos delante de un plato que, como el fish & chips o la hamburguesa, puede ser un acierto o una decepción absoluta. En este caso son de vicio. Carne de primera calidad frita, sin ningún exceso ni de rebozado ni de aceite, con una mayonesa de este tipo de chile ahumado y macerado que tiene el toque justo de picante ¡Advertencia! Si no os gusta el picante, no pidáis este plato, o mojáis los fingers ligeramente. No estamos a la altura, ni mucho menos, del nivel de picante que lleva una salsa en México, pero precisamente la gracia del plato está en esta especie que fecha del siglo XVI. "Nos encanta cocinar con especias, dan un toque muy personal a los platos y creemos que mucha gente viene por la mano de nuestros cocineros a la hora de dar un toque personal a platos más conocidos. Pasa lo mismo con las nuestras bravas, de salsa secreta", expone Jordi Tatay, jefe de sala del BAR MONO de Sant Cugat.
Nos encanta cocinar con especias, dan un toque muy personal a los platos y creemos que mucha gente viene por la mano de nuestros cocineros a la hora de dar un toque personal a platos más conocidos. Pasa el mismo con las nuestras bravas, de salsa secreta, a Jordi Tatay
4. Steak Tartar al gusto de picante, tostaditas y patatas fritas
Hablando de carne, seguimos hacia el Hemisferio Norte y nos situamos en Estados Unidos, paraíso de los steak houses, donde, además de servir las mejores piezas de la ternera, son maestros de preparar delante del cliente excelentes platos de carne cruda con huevo y una salsa picante a base de diferentes condimentos que alternan como quien prepara un cóctel sumamente exclusivo. Y, cómo tiene que ser, al gusto del cliente. Alcaparras, mostaza, tabasco, aceite, sal, pimienta... y la famosa salsa Perrins, con su regusto de tamarindo y anchoa. En el BAR MONO podéis sentiros en Nueva York y disfrutar de este plato que tanto nos gusta a los carnívoros con unas patatas fritas al punto de sal.
5. Bao de pato Pekin y Bao de Pullet Pork
Los baozi, bao o min pao son un tipo de panecillo generalmente preparado al vapor, de manera que su relleno se cuece lentamente e impregna en el pan de su sabor. Tanto el de pato al estilo Pekin, lacado, con cebolla tierna y salsa Hoisin con su tradicional regusto en caramelo, como el de cerdo en la barbacoa son una maravilla. Y de tamaño muy razonable. ¿Lo mejor? Pedir a uno de cada, partirlos en dos y compartir.
6. Parrillada de verduras al Josper
Estamos delante del primer horno patentado del mundo y creación de los catalanes Josep Armangué y Pere Juli el año 1969. "Garantiza unas temperaturas estables medias de entre 300 y 350 grados, lo que permite que los productos puedan ser braseados sin que se cuezan y pierdan su sabor", explica Jordi Tatay. Verduras de temporada como el calabacín, la berenjena, los espárragos... ¡Y para los amantes de las setas, no dudéis en pedir su plato de gírgolas en la Josper, son abracadabrantes!
7. Lemon Pie
Por mucho que los americanos reclaman su autoría, no estamos delante de sus Carrot Cake, New York Cheescake o Red Velvet. El Lemon Pie es y siempre será británico. De hecho, se preparó por primera vez en Reino Unido por parte de protestantes en el siglo XVIII y se servía, como hacen actualmente en barrios londinenses como Mayfair o Bloomsbury, en los salones de té a las cinco en punto de la tarde. Fue precisamente gracias a una secta separatista cuáquera que la receta llegó a Norte-América en 1774, donde le añadieron más cantidad de merengue italiano a la ecuación y cada 15 de agosto celebran el Día Nacional del Lemon Pie. En esta historia entran igualmente los suizos, que también aseguran ser los autores, en este caso de una versión más ligera, al estilo de la inglesa. Pero dejando leyendas y apropiaciones aparte, lo que preparan en el BAR MONO es excelente y el postre perfecto para cerrar una comida redonda.
De cara a Navidad, este restaurante también preparará menús para grupos y familias, con los canelones tradicionales, la "escudella"... Y para brindar, nada como alguna de las más de treinta referencias en vino blanco y tinto, o cava. El espacio, además, decorado con ingenio contemporáneo, es de lo más agradable, con buena acústica y bastante separación entre mesas para poder sentirse cómodo en todo momento.