Cuando hace calor, y en pleno verano, hay que admitir que cuesta cocinar. Y de la misma manera que buscamos el esfuerzo mínimo, el cuerpo no quiere digestiones pesadas. Quiere cosas ligeras pero buenas, que nos hagan disfrutar. Por qué la exigencia a la mesa no se pierde nunca.
La receta de hoy cumple con esta premisa: simplicidad en la cocina y éxito en la mesa.
¡Vamos!
- 2 gallos limpíos para hacer al horno
- 1 limón cortado en rodajas
- 6 patatas cortadas en rodajas
- 1 picada de ajo y perejil
- 1 cebolla tierna corte en la juliana
- 1 cabeza de ajos
- 1/2 vaso de vino blanco
- Aceite de oliva virgen extra
- Pimienta negra
- Sal

Prepara la verdura y corta las patatas en rodajas.

En una bandeja de horno con un poco de aceite, pon las patatas y echas sal y pimienta.
Añade la cebolla y los dientes de ajo sin pelar a la bandeja.

Echa el vino. Y al horno a 180 grados durante unos 25-30 minutos, o hasta que la patata esté hecha.

Mientras tanto, prepara una picada con aceite, ajo, sal y perejil.

Limpia el pescado.

Cuando la patata esté prácticamente cocida, saca la bandeja del horno.

Tira un generoso chorrito de picada de ajo y perejil por encima de las patatas.

Coloca el pescado encima, echa más ajo y perejil y sálalo.

Unas rodajas de limón y al horno a unos 200 grados durante unos 15 minutos aprox, según el tamaño del gallo. Hasta que el pescado quede hecho.

Una vez hecho, lo puedes servir así a la mesa o retirar espinas y servirlo en el plato.

Una maravilla. ¡Buen provecho!