El rodaballo no solo es codiciado por su textura y sabor, que lo convierten en uno de los más deliciosos, sino también porque cuida de tu corazón y de tu figura. ¿Necesitas más motivos?  

Propiedades nutricionales 

El rodaballo es muy fácil de reconocer ya que su aspecto es muy peculiar. Es plano y no tiene escamas, sino una piel dura de un tono marrón. Una vez cocinado su textura es muy agradable y su sabor delicioso. Esta es una de las razones por las que el rodaballo es uno de los pescados más valorados, pero si miramos sus propiedades nutricionales encontramos unas cuantas más. 

Al igual que el resto de pescados (sobre todo los azules), el rodaballo es rico en grasas saludables, tan beneficiosas para el corazón. Así pues, la recomendación general de los nutricionistas es incluir este tipo de alimentos unas dos o tres veces por semana. 

A la hora de hablar de vitaminas, el rodaballo destaca por su concentración en las de grupo B, con la B9 a la cabeza. También conocida como Ácido fólico, es esencial para la creación de glóbulos rojos y muy importante durante la primera etapa de gestación. El ácido fólico reduce el riesgo de problemas en el cerebro del feto y la espina dorsal. Por eso es tan habitual un suplemento al quedarse embarazada. 

Entre los minerales, este pescado es rico en yodo, un nutriente esencial para el correcto funcionamiento de las hormonas tiroideas.    

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Beneficios 

Se trata de un alimento rico en proteínas y muy bajo en grasas. Esto es ideal para estas fechas en las que se mira cada una de las calorías que se consumen. Por eso, si estás a dieta o, simplemente, te gusta cuidarte, el rodaballo debe estar en tu menú. 

También destaca porque es muy fácil de digerir. Algo que se agradece cuando se sufren problemas digestivos. Además, gracias a esto se convierte en una excelente opción cuando se quiere disfrutar de una comida un tanto especial, pero sin sentirse después pesado, como ocurre cuando nos decantamos por una carne, por ejemplo.  

¿Cómo cocinarlo?

Si tenemos un rodaballo de calidad, el mejor consejo es decantarse por una cocción que respete su textura. Para ello, las mejores opciones son al horno o a la plancha. Aunque queremos destacar que si se cocina al vapor se mantendrán todas sus propiedades y beneficios.  

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Recetas con rodaballo

No hay receta más sabrosa, saludable y fácil que un rodaballo al horno. Se acompaña de patatas o las verduras que más gusten y en menos de 30 minutos, a 180 grados, tendremos el pescado listo. Si va con patatas mejor meterla al horno unos 15 minutos antes.  

Si se apuesta por el vapor, pero se le quiere dar un extra de sabor, lo mejor es centrarse en el acompañamiento. Por ejemplo, se puede preparar un salteado de verduras, que siempre es una guarnición colorida, y añadirle un punto de salsa de soja para darle un toque diferente. 

En el caso de querer impactar a unos invitados, los rollitos rellenos de gambas son perfectos. Mejor pedir al pescadero que separe los lomos para facilitar el trabajo. Enrollamos los filetes sobre las gambas o los langostinos y los vamos colocando en una fuente de horno. Para que quede más jugoso se puede añadir una bechamel liguera por encima. En 15 minutos tenemos un plato de fiesta en la mesa. 

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Origen

Al rodaballo le gustan los fondos arenosos, tanto del Atlántico como del Mediterráneo. Pero, en los últimos tiempos, es más habitual encontrarlo en piscifactorías, sobre todo porque el precio es mucho menor que el salvaje.

La misma fama que tiene ahora, la ha mantenido desde la antigüedad, sin decaer en ninguna época. De hecho, el cocinero de Napoleón creó una receta para él debido a lo mucho que le gustaba, a la que llamó, como no, rodaballo imperial. 

El consejo

A la hora de comprar rodaballo hay que estar preparado para su precio, pero también para la cantidad. Si se compra entero, se debe saber que una parte importante es la cabeza y la espina central, por lo que hay mucho desperdicio. Así pues, para calcular y que alcance para todos los comensales, siempre es mejor tirar por lo alto.