Si notas que el botón de los pantalones no cierra, que tus digestiones son cada vez más pesadas y que, incluso, tu piel te está pidiendo a gritos un cambio, es el momento de vigilar tu alimentación y empezar una dieta detox. Excederse por Navidad es una cosa irremediable y casi necesaria. De la misma manera, ahora tocan unos días depurativos por motivos estéticos y de salud. Enero es el mes de cuidar nuestra alimentación, esté o no entre tus propósitos de año nuevo. Aunque es bien cierto que nuestro organismo es capaz por sí mismo de liberarse de las toxinas, a veces necesita una ayuda para depurarse, especialmente después de días y noches de exceso de comida, mucha grasa y demasiado azúcar.

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¿Por qué es bueno desintoxicarse?

La primera razón es para ayudar a nuestros riñones e hígado en la ardua tarea de deshacerse de todas las toxinas que hemos acumulado. También para darle un respiro a nuestro sistema digestivo, que ha trabajado incansablemente durante semanas. La piel, el pelo e, incluso, el humor mejorarán después de esta "limpieza". Por no decir que, una vez deshinchado, uno se siente más activo y con la motivación por las nubes para seguir cuidándose. Eso sí, este tipo de dietas son adecuadas para momentos puntuales y no tienen que superar los cinco días. Después, el consejo es volver a una dieta equilibrada.

¿Por qué es bueno desintoxicarse? / Foto: Unsplash
¿Por qué es bueno desintoxicarse? / Foto: Unsplash

La nueva cesta de la compra

Las dietas detox son bastante restrictivas, ya que se tendrían que dejar de lado todos los alimentos ricos en grasa y azúcar, así como el alcohol. Pero, a cambio de este esfuerzo, no solo conseguiremos que nuestro organismo vuelva a trabajar con normalidad, sino que también perderemos peso. Se calcula que se acostumbran a perder entre cuatro y cinco kilos.

  1. Alimentos depurativos: Los espárragos, las alcachofas o la piña son algunos de los alimentos más indicados. Todos ellos son diuréticos y perfectos para acabar con la retención de líquidos. Apuesta siempre por cocciones ligeras y libres de grasa.
  2. Más fibra: Tu sistema digestivo necesita una ayuda para recuperar su ritmo y, para eso, nada mejor que añadir un extra de fibra a tu dieta. Para conseguirlo, hay que apostar por los cereales integrales y las legumbres, eso sí, cocinados sin añadir grasas. Todo eso se traduce en un sí a las ensaladas de lentejas y un no a la fabada con chorizo y butifarra.
  3. Yogur: La microbiota, este grupo de bacterias "buenas" que habita en tu intestino y que tantos beneficios aporta, ha sufrido mucho estos días. El yogur (siempre natural) es uno de los probióticos naturales más efectivos, económicos y saludables que hay. ¡Aprovéchalo!
  4. Agua: No hace falta que la compres, la del grifo vale. El agua natural ayuda a limpiar y a poner a punto a los riñones y el hígado. Un punto extra siempre lo tienen las infusiones. Algunas, como la cola de caballo o el diente de león, son muy depurativas gracias a su efecto diurético. Y sientan fenomenal en estos meses de frío.
  5. Carne sí, pero no toda: Las proteínas son cruciales, pero estos días tendrías que reducir el consumo de carne y escoger solo las opciones más magras del pollo o el pavo. Con respecto al pescado, decántate por los blancos como la merluza o la dorada, que son fáciles de preparar a la plancha, cocidos o asados. Nada de frituras ni de rebozados.
La nueva canasta|cesta de la compra / Foto: Unsplash
La nueva cesta de la compra / Foto: Unsplash

3 consejos para conseguir tu objetivo

  1. Deja de decir que te comes el turrón que ha sobrado porque te da pena tirarlo. Navidad ya es un capítulo cerrado. Cero dulces, cero alcoholes y cero grasas.
  2. Pasar de todo a nada es muy difícil, duro y desmotiva. El objetivo es reducir la cantidad de comida que se injiere, pero eso puede hacerse progresivamente. Si el primer día ponemos en la mesa un plato "insípido" y pequeño, el ánimo caerá en el pozo más profundo y no habrá segunda parte. Mejor ir poco a poco, pero hacia el buen camino. Las frutas sacian y tienen mucha fibra, y pueden ser tus aliadas en los momentos en que necesitas picar alguna cosa.
  3. Muévete. Y no solamente para apuntarte al gimnasio. Si estás en el grupo de los sedentarios crónicos, empieza por largas caminatas. Si, por el contrario, te gusta el deporte, haz un esfuerzo extra para recuperar tu ritmo cuanto antes mejor.