La chef del Semproniana, Ada Parellada, se adentra en las casas de los cocinillas más intrépidos de Catalunya para resolver dudas semanales sobre los productos del día a día. Desde verduras y toda clase de hortalizas y frutas, hasta cualquier tipo de dulce, pasando por la carne y el pescado. Maneras de aprovechar los alimentos en su esplendor, técnicas innovadoras y consejos que, en definitiva, nos harán disfrutar de una vida y un recetario más cómodo en los fogones de nuestro hogar. El consejo revelador que esta semana nos expone la cocinera catalana es cómo hacer dos bases crujientes fáciles, un truco indispensable que no podrás dejar de usar

Coge libreta y bolígrafo, y dale a play al vídeo para averiguar todos los consejos de Ada Parellada de esta semana.

 

Cómo hacer dos bases crujientes para cocinar

Cuando pensamos en las bases de la cocina lo primero que nos viene a la cabeza son los caldos, los sofritos y las picadas. Y es cierto, estos elementos son indispensables para empezar o acabar la mayoría de platos tradicionales. Pero las bases, a veces, son algo un poco más literal. Porque una base es exactamente eso: una base comestible sobre la cual añadir ingredientes. Las crujientes son deliciosas, pero demasiado a menudo las compramos en el supermercado, cuando las podríamos estar haciendo en casa. Esta es una manera sencilla de prepararlas para conseguir un resultado excelente que te permitirá crear multitud de recetas. Desde dulces hasta saladas, las recetas que nos permite hacer la base crujiente son de lo más versátiles.

Las crujientes son deliciosas, pero demasiado a menudo las compramos en el supermercado, cuando podríamos estar haciéndolas en casa

Ingredientes:

  • 4 láminas de pasta filo
  • 4 obleas de papel de arroz
  • 50 g de mantequilla

Para complementar:

  • Salmón ahumado
  • Queso crema
  • Hierbas aromáticas
2 cruixents Ada Parellada Foto Raquel Sánchez
Dos preparaciones hechas con las bases crujientes. / Foto: Raquel Sánchez

Elaboración:

Empezamos por el crujiente de pasta filo. Lo cortamos a rectángulos y lo ponemos sobre un papel de horno. Pintamos con mantequilla derretida y superponemos 3 rectángulos. Tapamos con otro papel de horno y cubrimos con otra bandeja de horno para que haga peso. Horneamos 15 minutos a 180 °C. Rompemos las obleas de papel de arroz en trozos grandes e irregulares. Las freímos un momento en aceite de girasol bien caliente. Tenemos que ir controlando la temperatura del aceite porque si está muy caliente, se doran demasiado y si está frío, no inflan. Lo que buscamos es que solo con el contacto con el aceite caliente inflen, o sea se arruguen. Las ponemos sobre un papel absorbente y dejamos enfriar. Mezclamos el queso para untar con hierbas aromáticas. Ponemos en una manga pastelera. Montaremos la tapa justo en el momento de comerla porque si no los crujientes se remojan. Distribuimos la crema con mucho cuidado por encima de los crujientes y acabamos con el salmón ahumado.