Son muchos los expertos en nutrición los que sitúan al desayuno como la comida más importante del día y los principales motivos son dos. El desayuno es la primera comida después de horas de ayuno (todas las que has estado dormido) por lo que pone de nuevo en marcha el metabolismo y es necesario reponer todos esos nutrientes que están bajo mínimos después de tantas horas. Pero también es importante, ya que, de los alimentos que consumamos en ese momento, dependerá el cómo nos encontremos las primeras horas del día, precisamente en las horas en las que más actividad tenemos.

Elegir bien qué productos incluir en el desayuno

Así pues, puesto que necesitamos estar a tope nada más levantarnos, habrá que elegir bien qué productos incluimos en nuestro desayuno para poder sacarle el máximo provecho a esta primera comida. Esto no quiere decir que haya que preparar platos muy elaborados. Existen opciones tan sencillas que te sorprenderán tanto por el chute de energía que te regalan como por lo sencillas que son. Algunas incluso podrían ser un desayuno de esos que se comparten en redes sociales. ¡Apunta!

1. Plátano

¿Qué hay más sencillo que incluir un plátano en el desayuno? Incluso, si eres de los que van siempre con prisas, puedes guardarlo y tomarlo fuera de casa. El plátano no engorda, eso es un mito que debes borrar desde ya si todavía lo crees. Por el contrario, es rico en fibra y, lo que es más importante, en este caso, en magnesio y potasio, el alimento de tus músculos.

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El plátano es rico en fibra y en potasio / Foto: Pixabay

Y hay más. En esta fruta tan versátil y dulce hay una buena proporción de triptófano, aminoácido esencial que promueve la liberación de serotonina, la famosa hormona de la felicidad. Así, desayunar un plátano no solo nos activa, también nos aporta una chispa de positivismo para afrontar el día con otro talante.

2. Ginseng

Vamos con una menos común, pero con una eficacia asombrosa. Esta raíz se hizo muy popular hace unos años, tanto que muchos lo siguen considerando el primer superalimento de nuestra época. Por eso, todos sabemos que sus propiedades ayudan a activarnos tanto físicamente como mentalmente, de hecho, afecta muy positivamente a la concentración y la memoria, motivos por lo que siempre ha sido muy valorado por los estudiantes. Es habitual encontrar el ginseng en pastillas, pero también en infusión, ideal para comenzar el día.

3. Miel

No quieres añadir azúcar blanco a tu dieta y te pasas el día indagando si es mejor la Stevia, el azúcar de caña, la panela… Olvida todos esos nombres y deshazte de los edulcorantes artificiales para dejar sitio a la miel. Además del chute de energía que te da (como lo hace el azúcar) también es interesante su aporte de calcio, mineral que mejora nuestra función cerebral. Y no podemos olvidarnos de su aporte de vitaminas del grupo B, que ayudan a fortalecer el sistema inmune.

4. Chocolate

Un básico y un alimento irresistible. ¿A quién no le gusta el chocolate? Al igual que el plátano, este capricho no solo aporta energía, también nos ayuda a sentirnos mejor y así poder afrontar el día con más optimismo, incluso los más grises de invierno. Eso sí, para que el consumo de chocolate no juegue en nuestra contra y nos aporte demasiadas calorías, siempre hay que buscar versiones que incluyan más de un 70% de cacao.

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Hay que incluir el chocolate negro en el desayuno / Foto: Pixabay

5. Huevos

Como no todos los desayunos deben ser dulces y hay muchos que necesitan añadir un toque salado y también más contundente, los huevos son una de las mejores opciones. Los nuevos estudios han derrumbado varios de los mitos que rodeaban a los huevos, como aquel que afirmaba que aumentan el colesterol. Ahora que sabemos que no es cierto, la recomendación pasa de controlar su consumo a fomentarlo, así que, si quieres desayunar un huevo todos los días, ¡adelante! Eso sí, no todas las mañanas hay que subir la foto a tus redes sociales.

6. Avena

Hablando de desayunos, energía y superalimentos, no podía faltar la avena. La clave está en la lecticina, un tipo de hidrato de carbono de absorción lenta, por lo que nos sentiremos activos durante más tiempo. Otro aspecto importante es que la avena es muy saciante, evitando así que sintamos hambre a las pocas horas.

7. Frutos secos

Es el chute de energía más socorrido y no solo en el desayuno. Su alto contenido en ácidos grasos esenciales colabora a un correcto funcionamiento del organismo. Si hablamos de energía, los reyes son las almendras y los pistachos. Eso sí, siempre en su versión natural y en pequeñas porciones para no sumar demasiadas calorías. ¿Te has dado cuenta de que si juntas todos los ingredientes puedes obtener un desayuno de lujo? Ahora toca encontrar receta que mejor se adapte a tus gustos.