Catalunya es una región rica de desayunos de tenedor. No solo están presentes en Lleida o Barcelona ciudad, sino que también encontramos en las comarcas de Girona y en el sur del país, entre las Terres de l'Ebre y el Tarragonès. De hecho, en esta ocasión me desplazo hasta el Catllar para descubrir un templo de la cocina catalana de la región tarraconense con unos desayunos de tenedor apoteósicos.
Con un Solete en la Guía Repsol, os presento el Bar Cooperativa Elena (c/ Onze de Setembre, 7). Aquí, se puede disfrutar de unos desayunos de tenedor de calidad y con amplia oferta para escoger. “Tenemos una extensa carta de platos caseros para empezar el día con energía”, dice Elena, el ama del establecimiento. Por cierto, una recomendación obligada, recuerda Elena: “No te olvides de probar nuestro plato estrella: los callos de ternera”.
Este plato os lo dejo a vosotros, gourmeters, porque yo me decanto por el deshuesado de manitas de cerdo con butifarra negra. Junto con los callos, es uno de los platos estrella y genuino de la Cooperativa. Explica Jordi, el jefe de sala, cómo lo elaboran. “Hervimos los pies y los deshuesamos. Cogemos la butifarra negra y la sacamos del intestino. Lo mezclamos todo y lo cocinamos. Añadimos especias y licores que le dan un toque especial a un plato espectacular”, relata con pasión por esta cocina que hace disfrutar de lo lindo los esmorzadors del territorio.
El segundo plato es un fantástico capipota con garbanzos. En esta receta, encontramos el capipota en dados, con su pimiento verde y rojo, donde añadimos unos garbanzos que le dan un contrapunto crujiente a un plato tan meloso como este. “Nosotros lo hacemos un poco picante”, ríe Jordi.
Acabamos el tridente del desayuno de tenedor con una sorpresa única: la esparracada. “Este es un plato que no encontraréis en ningún sitio más”, me explican Elena y Jordi. Se trata de longaniza —o butifarra fresca, como le dicen en otros lugares— corte en trocitos pequeños y guisada con pasas, piñones y setas. La cebolla la caramelizan, lo cual le da un toque dulce y único a este plato.
Más allá de los platos estrella y los que pruebo, echo un vistazo a la carta de desayuno para leer y salivar con reliquias auténticas como el revuelto de bacalao desmigado con patata, cebolla y huevos; el jabalí estofado con setas; el sublime morro con garbanzos, chorizo picantón y boletus; también los característicos huevos estrellados con jamón crujiente y patata poxada; o los inigualables caracoles dulces.
De postres, para rematar un desayuno de tenedor excepcional, pruebo el pastel de manzana y helado de vainilla, opción óptima para esta temporada del año con cierto punto fresco para hacer bajar esta comida majestuosa.