Catalunya está llena de buenos restaurantes de cocina casera catalana. El desayuno es el mejor momento para disfrutar de estos templos, y si vamos hacia el oeste, en la Terra Ferma, encontraremos un restaurante que nos ha preparado el desayuno de tenedor más especial del año. Un lugar de culto ideal para celebrar el Aplec del Caragol con unos invitados especiales de lujo. Por esta razón, desde esta columna mensual —y desde la cuenta @esmorzarsdeforquilla.cat— os acerco lugares icónicos donde probar esta comida nuestra que borra los brunch de nuestro país.
Hoy visito a mi querida Lleida, tierra de campesinos y ramplones. La Terra Ferma, en Poniente, es uno de los rincones más especiales de Catalunya. Ahora bien, lo que es más especial de todo, hoy, es la visita que recibo de dos invitados de lujo: Jordi Turull, Eduard Pujol, Violant Cervera e Ignasi Prat. El secretario general de Junts y el senador visitan Lleida para disfrutar de un desayuno de tenedor a la altura. Cal Benito es un templo de la buena comida casera, hecha con amor y paciencia y con productos de proximidad. Además, para acabar de redondearlo, este desayuno coincide con el fin de semana del Aplec del Caragol, la mayor fiesta gastronómica de Catalunya y la más especial para los leridanos.

Para este desayuno, en Cal Benito nos han servido diferentes platos que son especialidad de la casa. Hemos empezado con una fantástica secallona y un poco de jamón para abrir hambre. Los embutidos, como no podía ser de otra manera, son de primera calidad. Yo he disfrutado de un bacalao confitado con judía del ganxet; cocina catalana en vena. Por su parte, Jordi se ha zampado unos deliciosos callos, lo que él llama 'tripa'. Le he preguntado a Jordi cuál creía que era la comarca que hacía la mejor cocina catalana del país. Como no podía ser de otra manera, me ha dicho el Vallès Oriental, su comarca natal. Se tiene que reconocer que la pregunta era complicada porque, tal como dice él mismo, en Catalunya se come muy y muy bien en todas partes. Los catalanes somos capaces de hacer kilómetros para disfrutar de un buen desayuno de tenedor.

Todo ello lo hemos celebrado en medio del fin de semana del Aplec del Caragol. Una fiesta que reúne a 200.000 personas venidas de todo el mundo para comer caracoles, beber cerveza y charlar, cantar y bailar muchísimo. El Aplec es especial por muchos motivos, pero el de este año lo recordaré con mucho afecto porque la visita de personas del nivel de Jordi y Eduard siempre es bienvenida. Hoy luzco con orgullo la camiseta de mi peña, las Reginetes de Secà, de mi pueblo, Almatret. La cocina catalana, como el Aplec, forma parte de nuestro ADN. Tenemos que defender nuestra gastronomía y nuestras tradiciones hasta las últimas consecuencias para evitar que otras costumbres foráneas, como el 'brunch', nos cojan aquello que siempre ha sido nuestro. ¡Salud y al lío, gourmeters!