Cuando se trata de mantener el orden en casa, la cocina suele ser uno de los espacios más desafiantes. Ya sea tras una mudanza o por el simple deseo de reorganizar y ganar espacio, lo cierto es que encontrar soluciones prácticas y baratas puede marcar la diferencia. En este contexto, un truco casero está revolucionando TikTok y redes sociales: se trata de usar churros de piscina, esos típicos tubos de espuma que solemos ver flotando en verano, como aliados para organizar cajones, proteger utensilios y mantener todo en su sitio con muy poco esfuerzo.
El truco casero que está arrasando para ordenar la cocina
Aunque su uso habitual está ligado a los juegos acuáticos, estos coloridos cilindros de espuma pueden convertirse en el mejor recurso de orden si se saben aplicar bien. El procedimiento es tan sencillo como cortar el churro a medida y colocarlo en el interior de los cajones como separador. Así, se evita que los cubiertos o utensilios se deslicen o queden sueltos. La clave está en medir con precisión la distancia entre el fondo del cajón y el organizador de cubiertos, cortar el churro con esa longitud y encajarlo como tope. En solo unos minutos, se consigue un orden que normalmente requiere accesorios más caros o específicos.

Pero los beneficios no terminan ahí. El churro de piscina también puede usarse para proteger ollas y sartenes de rayaduras mientras están almacenadas. Al cortar pequeños trozos y colocarlos entre los bordes de los utensilios, se crea un sistema de amortiguación que alarga su vida útil y evita daños por fricción. Además, se protege también el interior de los cajones o estanterías donde se guardan, manteniéndolos en mejor estado durante más tiempo.
El churro de piscina también puede usarse para proteger ollas y sartenes
Otra aplicación interesante consiste en crear un práctico colgador casero. Si se colocan trozos del churro de forma vertical en la pared y se les hacen ranuras horizontales, se puede improvisar un soporte donde colocar utensilios que se usan con frecuencia: cucharones, espátulas, pinzas… Todo a la vista, bien ordenado y sin ocupar espacio de encimera o cajones.

Lo mejor de todo es que se trata de una solución económica, fácil de aplicar y reutilizable. Algo tan simple como un churro de piscina, que normalmente solo vemos en verano junto a los niños, puede convertirse en el truco definitivo para reorganizar la cocina sin dolores de cabeza. Porque a veces, la clave del orden está en los objetos más inesperados. Este truco ya está arrasando en las redes sociales, y lo puedes adaptar siempre a tus necesidades.